La alarma sonó a las once de la mañana, Charlotte levantó su mano y golpeó con fuerza el reloj de gato que tenía a lado. El día de ayer era muy difícil de superar, jamás había presenciado un acto como ese. Su mente, sólo intentaba borrar la escena atroz y sangrienta. Se levantó con un fuerte mareo que casi provocó que se callera otra vez a la cama. El día pasado no había comido bocado y estaba un poco débil
Al levantarse por completo notó que la habitación tenía un olor diferente. Intentó rastrear el lugar de donde venía, jamás había percibido una fragancia igual. Al darse cuenta de que provenía de su cama, se horrorizó por completo. << ¡Oh no!, me siguió hasta aquí. Sabe en dónde vivo>>.-Pensó.
Salió de la habitación con el cuchillo en la mano. Si el asesino había entrado a su cuarto, todavía debía encontrarse ahí, esperando el momento para que ella se descuidara y poder matar a la única testigo del asesinato. Revisó cada rincón de la casa con mucha valentía. No encontró nada que pudiera dar una pista; forcejeo, un cristal roto, huellas, nada. La casa estaba igual de limpia, sólo quedaba revisar bien su habitación.
Regresó y el perfume se podía percibir al entrar. No quiso seguir investigando, seguramente era su psicósis de lo ocurrido. Se alistó para poder llegar a su clase de Administración, faltaban dos horas para entrar y si comía no estaría tan mareada.
Salió de casa y caminó al restaurante Nico, se estaba a dos cuadras de su casa y era el más cercano. Pero el sólo pensar en lo que le había pasado muy cerca de ahí provocó que cambiara de parecer y tomó otro restaurante por opción. <<A Maurizio, si aunque quede más lejos. Sé que no es la ruta del asesino>>Pensó un poco más, faltaba muy poco para entrar a la clase y no le gustaba para nada faltar. Tomó un taxi y se dirigió al campus.
Johan se encontraba descansando en su habitación, su dolor de cabeza seguía. Esa mujer le había despertado un instinto de protección y no pudo evitar quedarse a cuidarla. La noche anterior no se preocupó por pedirle alimento a la comunidad y ahora su hambre era más aguda.
Salió arreglado de la habitación y entró a la cocina. Sebastián y los demás hombres ya estaban desayunando. Se sirvió de todo lo que pudo, y empezó a comer con mucha desesperación. Ellos lo miraron con una sonrisa de burla en sus caras.
-Veo que tu hambre esta latiente. ¿Ayer no te alimentaste?. Se nos olvido decirte que aquí cada quien se prepara su alimento, bueno al menos hasta que Ferison llegue de Alemania–Darlen, le habló desde el otro lado de la mesa.
-¿Ferison?--Johan enarcó una ceja y lo miró con duda de lo que le había dicho.
-Sí, es el Mayordomo, pero tuvo un asunto urgente que atender con su familia hace dos días. Nos dijo que posiblemente regresaría hoy. Él es de la familia así que no te extrañes de verlo convivir con nosotros.- Darlen siguió comiendo y bajó su mirada al gran plato de frutas que comía en ese momento.
-Sí, solo es que se me hace muy raro la costumbre de tener un mayordomo, pero si lo tratan como alguien más en la familia no hay ningún problema.-Johan terminó de comer antes que todos y se levantó a dejar sus platos. Caminó rápidamente a la puerta de salida, pero Sebastián lo detuvo.
-Si llegas a tener un problema nos avisas, no hemos podido obtener información. El rebelde prefiere morir que abrir su boca y decirnos la hubicación de los rebeldes.-
-Sí, los mantendré alertados, no creo que estén muy lejos del perímetro, creo que saben que la flor está cerca.-
Salió de la mansión en su Mustang. Faltaban sólo veinte minutos para entrar a la clase de las doce y había mucho tráfico. Por esa razón odiaba el transporte humano, era deficiente para su raza. Pero debía ser precavido para no levantar sospechas.
Llegó justo a tiempo a la clase, Charlotte ya se encontraba en su lugar. Ella le mostró una cara de pocos amigos. Intentó no mirarla tanto para no molestarla, necesitaba en realidad acercarse más a ella y cualquier roce de enojo podría provocar retraso en la misión.
-¡Hola Charlotte! ¿Estás bien, es que te ves un poco pálida?.-Le sonrió amablemente, para demostrar su interés.
-La verdad me siento un poco mareada, y ayer no pude…-Se quedó callada, por qué ella tenía que explicarle a un extraño.
-¿No pudiste? ¿Por qué haces una pausa?, ¿Acaso te pasó algo?...-Arqueó la ceja.
Se sintió interrogada hacia muchas preguntas. Desvió la plática para no tener que hablar de lo ocurrido. La creería una loca.
-Bueno, lo que pasa es que ayer estuve estudiando mucho y pues no me acordé de comer. Ya sabes los exámenes me ponen nerviosa.- Rió de nervios. -Oye en verdad, disculpa por no haberte prestado atención ayer. Parecía que necesitabas ayuda, pero me encontraba un poco ocupada y no pude atenderte. -Johan mostraba amabilidad al mirarla y había funcionado, ella estaba un poco interesada en hablarle.
-En realidad, sólo fui para verte. Pero creo que estabas disgustada y no quise molestarte con mis dudas.- La plática se había hecho más larga, no dieron cuenta y la clase ya había comenzado.
-No, en realidad no lo estaba.-<< ¿Me está coqueteando?, o es mi imaginación >>pensó Char.
-Ya veo entonces creo que debí hablarte, qué te parece si comenzamos de nuevo. Mi nombre es Johan Sorenhen vengo de intercambio de Rusia y quiero invitarte a comer saliendo de aquí.-Ella se sonrojó al escuchar lo último.
-¿Cómo sabes que tengo hambre, eh?-Sonrió un poco.-Bueno te permitiré comer conmigo pero no invitarme de comer, no me gusta que me paguen la comida. Además ,si te dejó, ya sería una cita y no tengo intenciones de tener una pareja.-Él ascendió con la cabeza.
Dejaron de platicar, y pusieron atención a la clase. Charlotte no dejaba de voltear a verlo, era un chico muy apuesto y tenía algo que le provocaba fascinación. Podrían ser sus ojos, su cuerpo ó también su voz de tenor que la relajaba. Intentó no ser tan obvia y puso más atención a la clase.
En cambio Johan la miraba cada vez que ella volteaba pero sin cruzar las miradas. Él fácilmente podría haberla hipnotizado no era difícil con los de su raza, pero quería que esto fuera diferente. No podría realizar el pacto con una esclava de sus deseos, tenía que hacerlo de otra forma.
Terminó rápido la clase y salieron del campus. El coche estaba muy cerca de la entrada. Cuando él desactivó la alarma del Mustang amarillo,todo un clásico,ella se quedó mirándolo detenidamente. Cualquier chica de Campus mataría por tenerlo como su novio, y ella simplemente lo veía como un chico más que se interesaba por su extraña belleza.
Ella no asimilaba la idea de ser la chica más hermosa del campus. Siempre había deseado ser más alta y no se consideraba llamativa ni atractiva como siempre la describían. Pero se sentía afortunada de no ser otra chica bella y tonta.
-¿A dónde quieres ir a comer?.-La miró de reojo mientras conducía por las calles de Boston.
-Pues la verdad, no tengo un restaurante preferido.Pero si tienes otra opción por mi está bien.- Era mentira pues se la pasaba de restaurante en restaurante.
-Que te parece, si comemos en mi casa.-Su sonrisa picara se escapó de su cara.Tenía ya todo planeado para invitarla.Para esta hora Ferison, ya había llegado a la mansión y los chicos le dirían que preparara todo.
Charlotte logró ver la expresión de su cara << Creo, que éste chico de verdad está interesado en mí.>>pensó. Solo le dirigió una sonrisa de nervios.
-Está bien, pero es enserio lo que dije no quiero que pienses que es una cita ni tampoco que te aproveches de la situación.-
-No, es sólo que tampoco quiero que tu pagues ninguna cuenta.Y pues mi casa no está lejos de aquí.-
-Bien, entonces comeremos en tu casa.Por cierto ¿Tienes familia viviendo aquí?.-
Johan se puso nervioso como podría contestarle, los machos de la comunidad tenían características muy diferentes entre si, no parecerían familiares.Y además no había ninguna mujer. Lo mejor era decirle que era una fraternidad de hombres.
-Pues a decir verdad, vivo en una fraternidad de hombres. Pero los conozco y se que son buenas personas, no te van a faltar al respeto.-
-A ya entendí, pero….-Suspiró y se tocó la cabeza. -Perdón, es que ultimamente me he sentido mal.- Johan volteo a verla con un poco de asombro.
-¿Te sientes bien?¿No quieres que me detenga?.-
-No, es que ultimamente he tenido muchos cambios.-
-¿Què clase de cambios?.-La miró detenidamente.
-Pues fui con un nutriólogo, y me dijo que mi metabolismo era muy extraño. Como demasiado, en ocasiones suelo tener mareos que me botan.Y otras veces me siento muy ligera. La luz me molesta demasiado,y sobre todo en los ojos. Percibo demasiados olores, y mi visión en la noche se a agudizado. Es extraño que te diga esto, debes pensar que estoy loca como los demás.-
-Bueno, pero no es normal. Le has dicho a alguien más lo que te pasa.-
-No, pero porqué el interés.-
-No por nada quería saber, y no estás loca. Ojalá y pronto sepas la causa de tus cambios.-Puso de nuevo la vista al frente ya habían llegado a la mansión.
-Vaya, tienes una pequeña casa.-Ella miraba por la ventana, cuando entraban por el gran portón eléctrico.- Deben pagar muy bien para vivir en una casita como esta.-
-En realidad, yo soy el dueño. Ellos rentan por vivir ahí.- No le podía decir la verdad. Como explicaría que él era el más antiguo de su Raza y qué por herencia todas las comunidades eran suyas. Un ser de sangre pura era conciderado un Rey, él lo era.
Bajaron del auto, y entraron a la mansión. Ella estaba pasmada al ver el elegante y futurista interior de la mansión. En la puerta del vestíbulo un hombre delgado, de muy bellos ojos los recibió.
-Muy buenas tardes mi señor, me han avisado que venia. Así he preparado de comer.-
Charlotte se quedó aún mas asombrada. Jamás había visto a un hombre de características tan bellas, y mucho menos de sirviente. Facilmente estaría de modelo y ganando muy bien.
-Muy buenas tardes Ferison, están todos en el comedor.-
-Si ya se han reunido, y a qué se debe la visita de tan bella dama.-La miró e hizo una reverencia.
Por su forma de hablar parecía de otra época, pero no era viejo, al contrario se veía joven.<<cuando mucho tiene unos 30 años>>pensó Charlotte. Era muy alto de unos dos metros, su cuerpo era semi musculoso, su piel era blanca, sus ojos eran verdes y tenía una marcas en el centro atigradas; su cabello castaño rojizo, muy largo y lo sujetaba con ligas. Vestía un traje muy elegante, lo hacía verse más atractivo.
-Pues es una compañera de la Universidad, y la invite a comer.-La miró y le hizo un gesto de bienvenida.
-Pues, no haga esperar más a la dama.Vayan a sentarse, yo les llevaré la comida.-Se alejó del vestíbulo y caminó hacia un cuarto cercano.
-Bien, estás en tu casa Charlotte.-
-Puedes llamarme Chary o Char, es que mi nombre es largo y así me llamaban mis…-Hizo una pausa.-Bueno, pues vamos a comer.-
Johan se sintió extraño, pues la mirada de Charlotte era triste.Él sabia muy bien lo de sus padres, así que no le extraño que no pudiese completar la oración.
En el comedor los seis hombres ya estaban comiendo, y Ferison había servido a todos. Cuando ellos entraron, todos dejaron de comer y dirigieron la mirada a Johan y su compañía.
-Así, que la has traído. Nos llegó tu mensaje pero no pensamos que fuese una dama tan bella.-Charlen habló desde el fondo, con una actitud muy altiva.
Johan lo miró con desacuerdo, no permitiría que fuera tan atrevido con Chary. Lo ignoró y prosiguió a sentarla. Ella se ruborizó.
-Chicos, ella es Charlotte. Es mi compañera de clase y no quiero que le vayan a faltar al respeto con comentarios groseros. Quiero comer en paz y que ella este tranquila también.-
-Bueno si quieren pueden presentarse para que los conozca mejor-Les brindó una bella sonrisa.
-Mi nombre es Charlen, ya terminé de comer. Provecho y con permiso.-Se levantó de la silla y salió del comedor.Tenía una cara de molesto.
-¡Hola! Soy Darlen.-Se paró y beso su mano. Johan lo miró un poco molesto. Charlotte estaba muy ruborizada. Era un chico muy guapo ,no era muy alto, pero que importaba con tan bellos ojos verdes. Darlen regresó a su asiento y siguió comiendo.
-Hola, mi nombre es Dermin y sea usted bienvenida.-Eran tan guapos todos, pero no se comparaban con Johan.
-Ariel, para servirte.-La miró desde su asciento y continuó comiendo rápidamente.-
-Bueno, yo soy el primo de Johan. Mi nombre es Bruno,cualquier cosa que él te haga, me dices para que lo golpee.-
-Muchas gracias, por tan cálida bienvenida mi nombre es Charlotte.-
-Bueno,Chary comencemos a comer. Si no te llenas me dices para pedirle más a Ferison, el es nuestro gran chef.-
-Gracias, creo que si me llenaré.-
Continuaron comiendo, ellos comenzarón a platicar de sus escuelas y sus experiencias, aunque fueran planeadas para el momento. Johan les había pedido desde la mañana, que mientras ella estuviera ahí fueran cálidos y no hablaran de cosas que pudieran ser anormales para Charlotte.
Terminaron de comer y todos salieron del comedor.Solo se quedaron Johan y Charlotte platicando.
-Veo que tus clientes son muy amables.Cuanto llevan viviendo ellos aquí.-
-Pues bastantes años, los suficientes para conocer a mi padre y a mi madre.-<<Creo que hablé de más>>pensó.
-¿Oye tus padres están bien?.-
-Sí, solo que llevan muchos años lejos de mí y no los he visto. Me dejaron administrar la pensión aquí, y se regresaron a Rusia.-Mintió.
Su padre tenía miles de años,¿Còmo podría decirle eso?. Y su madre había sido una mujer una de las elegidas así que también era una inmortal.
-Oh, perdón no quise incomodarte con mi curiosidad.-
-Al contrario me halaga que preguntes por mi familia, veo que sí te intereso.-
-Que no se te suba a la cabeza, sólo era curiosidad.-
-Puedo preguntarte algo Chary.-
-Claro te toca a ti, pero no seas duro con la pregunta vale.-
-¿Qué me puedes decir de tu familia?-
Volteó un poco antes de contestarle una pregunta tan difícil.
-Mira, mis padres murieron hace casi 9 años. Vivo con un amigo de ellos que me ha cuidado este tiempo. Se supone que viviría sola cuando cumpliera los dieciocho pero me encariñe mucho con él y le pedí que no se fuera, es como un tío para mí. De los padres de mis padres aún no se nada, en su testamento me han dicho que al cumplir los veinticinco me dirían parte de la verdad de mi familia. Sólo faltan dos días para saberlo.-
-Que mal, perdón por recordarte un recuerdo tan doloroso como ese. ¿Cumples años dentro de dos días?-
-Sí, intentaba no decirle a nadie. Pero creo que hablé de más contigo.-
-No al contrario me gustaría regalarte algo, ¿Tienes algo preparado para ese día?-
-No me agradan mucho las fiestas de cumpleaños, por lo regular el señor Conlan me traía un pastel y un regalo. Pero nunca realizamos ninguna fiesta.-
-¿Cuál es el nombre del señor Conlan?-Su tono de voz sonó más áspero.
-Pues su nombre es Fernando Conlan y es de Rusia. ¿Hay algún problema, o lo conoces?-
-Creo que lo conozco, yo soy de Rusia. Pero a lo mejor es sólo una coincidencia.-
Claro que lo conocía, fue un integrante de la comunidad Rusa a la que él pertenecía. Pero había desaparecido sin decir nada. Ya cumpliría los nueve años sin saber nada de él. La historia era un poco más congruente ahora.
-De igual manera si quieres conocerlo puedo presentártelo. Para mi cumpleaños estará ya aquí.-
-¿Estás viviendo sola?-
-Sí, llevo una semana viviendo sola. Tuvo un asunto que tratar en la empresa de mis padres en Rusia, y volverá para mi cumpleaños.-
-Ten mucho cuidado, te daré mi teléfono por cualquier problema que llegaras a tener. Una mujer sola es presa fácil para los delincuentes.-
-Sé cuidarme sola, no hay ningún problema. Pero de igual manera te llamaré si me pasara algo.- Miró el reloj de pulso, ya eran las siete de la noche, las horas se habían pasado rápidamente.
-¡Uy! Creo que nos excedimos hablando ya es tarde.-
-Te dejaré a tu casa para que o no andes sola de regreso.-
-Qué pena contigo, me invitas de comer y todavía me llevas a mi casa. No te preocupes, puedo regresar en taxi.-
-Porqué gastar, yo te puedo llevar además si no aceptas me sentiré mal.-
-Está bien lo aceptaré pero no pienses mal. Somos sólo compañeros de clase.-
-Hablando de la clase, terminé de utilizar tus apuntes, permíteme un momento voy por ellos y regreso. Puedes sentarte en la sala si gustas.-
Johan saliò del comedor y Chary se quedó en la sala. Admiraba la arquitectura de la habitación. Muy futurista y extravagante. El silencio de la mansión era muy placentero, era extraño porque la habitaban muchos hombres y no se escuchaba ninguna voz.
Mientras admiraba cada una de las obras de arte, se enfocó en una que no encajaba. Un cuadro dividido en cuatro secciones, que abarcaba toda la pared central. En el primer cuadro aparecía una población de hombres y mujeres, las mujeres parecían sufrir por algo. Y los hombres las miraban con dolor. En el segundo cuadro aparecía un hombre y una mujer parados en tierra blanca. La mujer estaba desnuda en los brazos de lo que parecía ser un guerrero. Ella llevaba en su espalda un lunar, tenía la forma de una flor. Él la miraba con sus grandes ojos azul rey, y su expresión de felicidad. En el tercer cuadro la mujer llevaba en sus brazos un bebé y el guerrero portaba un arma y amenazaba con ella a unas sombras.
En el cuarto cuadro, otra pareja se encontraba con un bebe en brazos. El bebé estaba desnudo era un niño de cabellos platinados. La mujer tenía en el cuello el collar de la primera mujer. Y el hombre realizaba una reverencia a su mujer, acompañado de siete hombres más a su espalda parecía un ritual.
Cuando Chary se dio cuenta Johan estaba a su lado admirando también la obra de arte.
-Veo que te ha gustado, tiene muchos años de antigüedad y también tiene su historia.-
-Me asustaste.-Se calmó un poco-Es muy bella, pero ¿Cuál es su historia?-
-Te la contaré pero se te va hacer tarde. ¿No hay ningún problema con eso?-
-Cuéntamela, de todas maneras me vas a llevar a mi casa.-
-Comenzaré desde el primer cuadro.-“La población que ves ahí, no es de humanos. Son guerreros de un planeta de la galaxia Surei. Y sus mujeres están muriendo por contaminación en la sangre. Sólo les afectó a ellas y ahora la raza ya no tenía forma de continuar, era su extinción.Se supone que los hombres viajaron por todas las galaxias buscando mujeres que pudieran reproducirse con ellos pero no encontraron nada. Sobrevivieron ocho hombres y por medio de las investigaciones de sus antepasados encontraron un planeta parecido al suyo” La tierra”. Tardaron miles de años en toparse con algo así. Cuando llegaron a ella no pudieron reproducirse con la mujeres de la tierra, no tenían las características para hacerlo. Al darse por vencidos, uno de los ocho hombres viajó al satélite de la tierra y se encontró con una mujer de belleza incomparable. El guerrero se llamaba Nester, era el de sangre más pura y considerado el Rey de su especie. Al acercarse a la mujer, ella le habló. <<Son los hombres predestinados a procrear con nosotras. Lo he visto en una visión, mi nombre es Imajei soy la Reyna de la especie>>Nester se enamoró de Imajei. Ellas tenían dones especiales de visón. Al parecer una epidemia parecida a la de su planeta había matado a los machos y también estaban por extinguirse. Al tomar como esposa a la mujer del planeta se realizó el pacto destinado y nació la primera hija Ayule. Pero al parecer no estaban solos, desde que habían salido de su planeta los habían estado siguiendo los responsables de la muerte de las mujeres en su planeta “Los rebeldes”. Eran seres de parecida genética a los guerreros pero no podían procrear sin contaminar la sangre. Los seres que salían de su procreación eran malos, con hambre de sangre y mataban por gusto. Ellos habían sido responsables de la muerte de los hombres de la luna, y ahora querían matar a las mujeres. Nester convocó una guerra cuando las algunas mujeres fueron contaminadas y matadas. Mandó a su mujer y a su hija a la tierra junto con cuatro hombres. Pasaron cincuenta años y por fin había hecho retroceder de la luna a los Renegados. Viajó a la tierra para encontrarse con sus hermanos de sangre y sus amadas. Al llegar su hija ya era una mujer y se había desposado con uno de sus hermanos de sangre Garuo. Y tuvieron por primera vez al primer varón de sangre pura. Se había completado el ciclo y por fin su raza tendría descendencia.Por eso los hombres están hincados ante la mujer y el bebé”
-Bueno y pues dice la leyenda que cada cien años nacen mujeres destinadas a los hombres de la raza para continuar la existencia. Pero sólo nace una con las características puras para el rey. Se les llaman Flores de Luna-
-Es una historia fantástica, quien te la ha contado.-
-Pues mi padre me la contó cuando era muy pequeño. Y desde que tengo memoria este cuadro ha estado en mi familia.-
-Bueno basta de charlas, y mejor llévame a mi casa.-
-Claro señorita como usted guste.-
Subieron al carro y se dirigieron a su casa. En el camino ella estaba muy pensativa.
-¿Te pasa algo?-
-No, nada es que la historia me gusto y estaba pensando en aquel bebé en brazos. ¿No me dijiste su nombre verdad?-
-No, no te lo dije. Porque no me creerías.-
-Porqué dices eso.-
-Mi madre se inspiró en el cuadro y pues el niño se llama Johan.-Un silencio cortó la plática y luego Chary soltó una carcajada.
-Discúlpame no quise reírme pero me sonó gracioso. Estas bromeando ¿verdad?-
-No, es enserio mi madre se inspiró y me puso como en bebé del cuadro.-Estaba un poco molesto por la acción de Chary.
-Bueno te creeré, perdón si te moleste es que de verdad me pareció gracioso y pensé que bromeabas.-
-Está bien señorita, te perdonaré.- Llegaron y se detuvieron frente a la casa de Chary. Cuándo ella bajo del auto y entró a su casa. Él pudo percibir un aroma conocido “un rebelde”. Estaba esperándola dentro de su casa como un cazador. Salió apresuradamente del auto y corrió hacia la puerta de Chary tocó para asegurarse que no le habían pasado nada. Pero no hubo respuesta, tiró la puerta de una patada y se apresuró a encontrar el olor putrefacto del rebelde.
Estaba en la cocina y tenía a Chary abrazada de espaldas amenazando con matarla de un mordisco. Ella estaba horrorizada al ver la cara del ser putrefacto su ropa tenía sangre vieja y su mirada estaba pérdida.
Por un momento le recordó al asesino de la noche pasada. Mas bien se parecía al ser del cuadro<<Un rebelde>>Pensó.
Johan no sabía qué hacer, si ella hubiera sido una humana cualquiera podría haberla dormido y acabado en un segundo con el Rebelde. Pero no lo era y no sería fácil explicarle todo.
-¡Déjala, en paz! ¡Suéltala! ella no es lo que buscas.-
-Oh, claro que lo es. Su olor es inconfundible. Mi señor va estar contento conmigo y tal vez me deje probar de su sangre.-
-No te lo permitiré, no puedes hacerlo ella es…<<Mía>>Su mente completó la frase.-
-Tuya, no lo es aún no está marcada.-
-Suéltala te he dicho, no sabe nada de quien es.-
-Mejor para mí así la mataremos más rápido y no podrá herirnos. -Soltó una carcajada que hizo que Chary se desmallará del miedo.
Eso le dio oportunidad a Johan para sacar su espada y partir en dos al renegado. No había ningún rastro ya que se había hecho polvo. Chary se cayó al suelo desmayada, no logró ver el final del asesino. Johan la tomó en sus brazos <<Dios, es tan ligera>>pensó. Y se la llevó a su habitación, intento borrar la escena de su mente pero no pudo. La cambió por la idea de un sueño, para que ella no pudiera sospechar nada.
Charlotte despertó de la pesadilla, miró el reloj eran las dos de la mañana. Se había quedado dormida. Al mirar el sofá en su habitación oscura, distinguió una silueta. Un hombre encogido como si estuviese dormido. Se levantó con miedo de la cama y encendió la lámpara. Era Johan, parecía cansado. << ¿Qué hace él en mi habitación?>>Pensó. Cuando iba a despertarlo, él abrió los ojos. Y la miró, parecía desconcertado y sus pupilas estaban completa mente dilatadas.
-Que ha pasado, no recuerdo nada.-Se acerco más a él.
Sus ojos volvieron a ser normales y le contestó.
-Te desmayaste, creo que tu debilidad aumentó y te puse en tu cama hasta que despertaras. Pero creo que me quedé dormido cuidándote.-
-Ya veo perdón, no quise ser una molestia. Yo y mis desmayos. Y para colmo me desperté de una horrible pesadilla. Eso de escuchar historias fantásticas, provocó que mi mente creara escenas.- Rió un poco y siguió hablando-Sabes me gustaría creer en la leyenda que me contaste. Porque se han cumplido algunas visiones que de niña pensaba que eran solo sueños.-
-Enserio, como cuales.-
-Tú eres un ejemplo de estos sueños. En uno de mis sueños tú entrabas al salón de clases y me mirabas y pues pasó. Y en otro de mis sueños mis padres morían en un accidente y ya sabes lo que aconteció después. A lo mejor y sólo son coincidencias o lo que se les llama Dejabù.-
-O realmente el destino.- Concluyó y la observó detenidamente.-
-Es una locura, jamás he creído en el destino. A demás te lo comentaba porque me acorde de cuando te vi por primera vez. Y no te creas, no me gustas, sólo te observe por que eras el nuevo de la clase.-
-Ha, sí. Pues no me pareció que me miraras por simple curiosidad. Al contrario hasta te tuve que hablar para que dejaras de mirarme.-Chary frunció el seño y se alejó de él.
-Será mejor que te marches, mañana hay clase temprano y necesito descansar.-
-Está bien, pero no me rendiré hasta que lo aceptes. Que tengas una excelente noche Charlotte. Nos veremos mañana-
Salió del cuarto y bajó por las escaleras. Chary se sintió mal por haberlo corrido tan injustamente de su casa. Ya era muy tarde y era peligroso que el regresara por las concurridas calles de Boston. Bajó corriendo para alcanzarlo. Y le gritó:
-¡Johan!, no te vayas.- Él volteó y puso una cara de duda.
-Te pasó algo Chary.-
-No, nada es sólo que no quiero que te vayas.-<<Que no piense mal, Que no piense mal>>pensaba.
-Hay alguna razón para que no me tenga que ir.-
-Mira en verdad, no te vayas, tengo miedo y ya es muy tarde para que manejes de regreso a tu casa. Tengo una habitación de huéspedes disponible, que te parece si duermes ahí.-
-Pero, no tendrás problemas con que este extraño duerma en tu casa.-
-No, además tengo con quien quejarme si me haces algo. Recuerda que tu primo Bruno me dio su teléfono por cualquier problema contigo.- Soltó una risa.
-Bueno pues si así lo quieres me quedaré en tu casa-
A Johan le convenía pues los Rebeldes podrían atacarla en la noche. Ellos no lo harían en el día, el sol era mortal para los impuros. Así que aceptó con gusto la invitación. Charlotte le preparó el cuarto de huéspedes, estaba enfrente de su habitación. Le mostró el baño y se fue rápidamente a su habitación.
-Muy buenas noches pequeña Chary.-Ella lo observó solo un momento. La frase le resultaba conocida, su padre así le decía cuando la llevaba a su habitación.
-Me recordaste a mi padre. Gracias me sentí bien al escuchar esa frase.-
-Lo siento, los extrañas verdad.-
-Demasiado, quisiera que ellos estuvieran aquí. Fui una mala hija muy egoísta y no pude decirles cuanto los amaba cuando murieron.-
-Ellos lo saben desde donde estén de eso no te preocupes.-
-Gracias, eres un buen chico. Pensé que serías más cerrado.-
-Lo soy, pero no contigo. Y no sé por qué.-
-Que pases buenas noches.- Cerró la puerta
<<Ella provoca que cambie mi modo de ser. Veo que mi instinto es más fuerte que mi terquedad>>Pensaba.
Podía oler el suave perfume de su piel desde la habitación de huéspedes. Esa esencia no lo dejaba dormir tranquilo, tenía que verla y olerla más cerca. Sabía que ya estaba dormida, podía también escucharla. Se desvaneció y llegó a su habitación desde las sombras.
Ahí estaba ella, parecía que lo esperaba. Sólo llevaba ropa interior y no estaba tapada. La luna entraba por la ventana y reflejaba con su piel tan blanca como la nieve. Era completa mente tentadora para él. Rozó con sus ásperos dedos el brazo de Chary y ella sólo se encogió por la sensación. Su espalda quedó descubierta a la vista de Johan. Tenía la marca de nacimiento de las Flores de Luna y brillaba más con el resplandor de la luna. Era una mujer hermosa y ahora sólo la tenía para él.
Salió de la habitación sin hacer ruido, y había tenido suficiente de observarla. Su instinto le decía que era suya, pero no podía tomarla hasta que estuviera la luna en su punto de alineación. Y ella no sabía nada de su procedencia. Tendría que llegar su despertar para que ella recordara quien era en realidad. Sólo faltaban un día para ello.