martes, 17 de mayo de 2011

CAPÍTULO CINCO (Desde la mente de Charlotte)

Llegaron a la mansión Johan tomó la delicada mano de Charlotte al bajar del auto. Chary estaba un poco confundida, he intentaba asimilar todo lo que apenas hace unas horas había conocido por medio de la carta de sus padres.
Como si todos ya supieran que iban a llegar, ahi estaban sentados en la sala principal.


Charlotte...

Entramos por el vestíbulo y ahí estaban todos los intengrantes de la fraternidad.
Mis pensamientos volaban en preguntas absurdas pero Johan no soltaba mi mano, era como si sintiera mis nervios y me confortara de alguna manera.
Son tan bellos todos, pero cual es aquel rey con el cuál me voy a ligar una eternidad. Johan es muy apuesto pero que tal y el no es. ¿Quien lo será?. Mi mente esta en un extraño descontrol. Entre todos los olores el unico que me agrada es el de Johan, no quiero a nadie más que a él...
Así estaban mis pensamientos encaprichados a Johan, apenas lo había concido pero de alguna manera él era mi nuevo mundo ahora.

Johan me miró he hizo un reverencia, mientras que los demás acompañaron he hicieron lo mismo.
-Ahora tu serás la flor que dará vida a una nueva flor o un integrante de los puros. Tú serás la nueva reina y nos postramos ante ti.- Terminó de decir Johan y todos se levantaron.
Me sentía como en una pelicula de fantasía, y ellos eran de alguna manera mis súbditos. Sólo dije un vergonzoso<< Gracias.>>  no tenía ningun discurso preparadoy fué lo único que salio de mi entrecortada vocesita.
Johan se acercó y me susurró palabras en otra lengua como aquel día con el extraño pastel narcótico del cual no recuerdo su nombre algo de amore.
-Seiste miuo griate riene pose aigo it reite.-
Pude entender el final. Era algo así como <<Tu rey>>.
-¿Que significa?.-
-Cuando te transformes lo sabrás ahora, ve a tu habitación y ponte lo que esta ahí.-
Beso mi frente, su beso dilató los suaves poros de mi piel y después me llevó a mi habitación. En ella estaba una mujer era igual que la ultima mujer del cuadro. Mi instinto y mi gran intuición reconoció vagamente que se trataba de la madre de Johan.
-Hola, mi nombre ahora es Saluri, me lo he cambiado puesto que al vivir miles de años no puedes estar con la misma identidad en este mundo.-
Dijo miles de años, perecía tan sólo 2 años más grande que yo y tenía miles de años. Ya me empezaba a gustar mi raza, sería bella tantos años.
-Mi nombre es Charlotte, y apenas me enteré de lo que soy.
-Es normal entre las pocas de nuestra especie, peligramos constantemente antes de convertirnos en lo que somos.-
-¿Por qué pocas?.-
-En mil años no habiamos encontrado rastros de ninguna Flor, los de las dos especies peligramos puesto que los Rebeldes acabaron con muchas Flores dejándonos con las pocas hermbras que hay y los pocos machos en diferentes lados del mundo y la luna.-
-¿En la luna aún habitan?.-
-Sólo algunas de las damiselas, pero ellas no son fecundas. Estan para proteger de Rebeldes y a la primera Flor que aún vive con su Rey.-
-Decías que hay pocas hembras,de ¿Cuántas estamos hablando?.-
-De seis que aún no logramos encontrar, tú eres una de todas,  y yo ya terminé mi proceso así que sólo te ayudo a prepararte tal y como mi madre hizo.Eres la tercera al trono las otras flores no reinarán, son parte de las productoras y amantes de los puros.-
-Yo, pero ¿Porqué yo?En qué soy diferente.-
-Eres única ya que tú vas a engendrar al siguiente Rey, en tus genes ya está. Tu marca es plateada a la luz de la luna las de las demás flores es rosa por eso sabemos que eres la elegida. Tus dotes son grandes aún superiores a los míos, cada generación es mejor y tu segundo bebé será la siguiente Reina a la cuál no conocerás hasta el día de su preparación.-
Mi cerebro dio una vuelta  a lo que había dicho, acaso ella era mi madre tuvieron que transcurrir veinticinco años para conocerla.
-¿Tú eres mi madre?. Pero entonces con quien me enlazaré.-
-Eso es un secreto, pero si soy tu madre. Quiciera haberte visto desde pequeña.-
-Gracias, pero te diré que amo también a mis padres humanos y me cuesta asimilar esto.-
-No te preocupes tenemos miles de años para conocernos.-
-Creo que no asimilo aún nada, pero trataré.-

Continuamos hablando, ella me dijo que estas horas era un ritual de conocer mi pasado y prepararme para mi Rey. En lo que platicabamos ella cepillaba mi cabello como si fuera una niña, hizo que de alguan manera brotará una fragancia al dar circulos en mi marca y decir palabras<<bella, fragance broutare ine toe reime>>. Me dijo que significaba brota bella fragancia para tu Rey. Sacó del armario un vestido blanco y transparentoso con destellos y encajes plateados en los lugares más féminos estos cubrirían mi cuerpo.
Al ponermelo se adaptó solo a mi cuerpo, mi copa treita y seis b se veía más notoria con ese bello vestido, mis curvas se veían exhuberantes y me sonrojé al verme al espejo. Tantos años cubriendo mis dotes y de la nada un desconocido los vería. Ella sonrió y se quitó del cuello el collar azul rey que tenía y me lo puso. En mi cuerpo empezarón a brotar delicadas lineas plateadas cambiantes que adornaban mi blanca piel. Mis ojos cambiaron a un lila profundo de ser verde. Mis labios enrojecieron más y un mechos plateado adorno mi cabello. A esto se referían con transformarse.
Ella me ofreció una bebida de color azul, tenía un sabor picante como la canela y dulce me agradó. Cuando terminé me quede dormida.

La noche había llegado, era el momento aunque mis ojos aun no se habían abierto percibí el olor de la luna llena en el aire y abrí mis ojos. Mi madre ya no estaba, estaba en una habitación llena de velas y con un perfume de mentas. La cama en donde estaba acostada estaba llena de pétalos de rosas blancas, todo era blanco y en el techo había un espacio que abarcaba toda la cama la luna iluminaba mi piel y aquellas lineas brillaron en colores azulados. Frente a la cama habia un espejo muy bello y pude ver todo mi cara, mis ojos todo brillaba mi marca en la espalda.

Por el espejo algo salía, un hombre con capucha blanca me miró. Su ojos brillaban a corde con mis lineas y mis ojos. El susurró las palabras que susurró Johan por ultima vez<<Seiste miuo griate riene pose aigo it reite.>> pero pude entender ahora su significado<<  Sois mi gran reina pues soy tu Rey.>>
Contesté en la lengua algo que entendí enseguida<<Tomiante tuito riene>>. Toma a tu reina.
 Él hombre se acercó a mi logré precibir su aroma, parecía hipnotizado. Subió a mi cama y se quitó aquel estorboso antifaz y la capa quedando solo con una toga blanca. Era Johan lo reconocí por su bello olor, era mi hermano en sangre. Y él sería mi Rey, mi cuerpo no quizo detenerse a tocarlo, cuando el pensamiento rondó mi mente, y le susurré en voz melodiosa.<< Sabía que serías tú>>. Él soltó una dulce carcajada y beso mi frente.
-No podía decirtelo, no quería más confuciones para ti. Pero veo que nos correspondemos.-
Johan, se recostó a mi lado y acaricio mi cuello. Pude percibir que sus tatuajes brillaban conforme los mios y la luna nos iluminaba de forma misteriosa. Nuestras miradas se cruzaron y sentí el lazo. Sus pensamientos se ligaron con los mios.-
- Ya sé lo que estás pensando parecer una niña. Nunca te dijeron que hacer cuando estuvieras con un hombre en la cama. Eres virgen y es normal.-
-Lo siento yo...-
-Calma no haré nada de eso. Es otra cosa lo que haré y si tú quieres o en el momento que quieras cumpliré lo que desees-
 Me sentí como una estúpida, pero mi cuerpo deseaba estar con él. El tomo mi mano y la besó rodeo sus manos por mi cintura y me abrazo tiernamente.
- Tenemos que pararnos, en el espejo.-
Obedecí sin titubear, yo estaba al frente y el me abrazó quitó  mi cabello del cuello y beso dulcemente. Él me preguntó <<Estás lista>>, y yo conteste que sí.
Con una pequeña herida que hizo con su navaja se abrió la mano he hizo lo mismo conmigo. Tomó mi mano y la unió a la suya. Pude sentir cada poro de su cuerpo,cada pensamiento, cada palpitar.Él me abrazó tiernamente y tocó mi cuello de nuevo recorriendo su mano llena de sangre por mi cuerpo brillaba en un color rojo purpureo. y mis ojos eran como fuego. El era una llama azul y yo una roja volteé y sentí su exitación. No pude controlarme, y lo aventé contra la cama comenzé a besar cada linea brillante en su cuerpo y él tomó después el control tocando cada curva con su boca. Su olor y el mio se mezclaron en un aroma fuerte y dulce.Él tampóco se controlo.Esa noche dejé que mi Rey me tomara. Ya era una Flor completa.

lunes, 16 de mayo de 2011

CAPÍTULO 4

Charlotte se sentía muy extraña cuando estaba cerca de Johan, su corazón no dejaba de palpitar y el olor de él era muy fuerte para ella. Incluso desde su habitación podía percibirlo. Después de una hora de dar vueltas en su cama se quedó dormida. Johan se quedó toda la noche mirándola desde la obscuridad, ella no pudo percibirlo. Johan sentía una fascinación por ella, era extraño pues nunca había tenido una atracción por ninguna mujer. Él constantemente rechazaba a cualquiera en su camino, nadie cumplía sus expectativas como Charlotte era justa para él.

La mañana llegó y ella se levantó con los ojos irritados por el sol que entraba por la ventana, otra vez el cuarto olía diferente. Un toque de menta con madera, era el olor de Johan, ya se acostumbraba a percibir cualquier olor.
Se puso el vestido rosa de su madre, no acostumbraba vestirse así pero era su cumpleaños y  el señor Conlan llegaría en unas horas, y bueno,  no ignoraba que había un chico muy guapo en su casa.

Bajó hasta la cocina pues escuchó que alguien cocinaba<< Creo que ya llegó el señor Conlan, oh!! no hay un hombre en mi casa que me irá a decir>>pensó.  Era Johan y preparaba algo que tenía un olor dulce y perfumado.
-Buenos, días. Parece que te aentó de maravilla el sueño pequeña flor.- La miró Johan y se quedó con la boca abierta al ver a Chary mostrando sus dotes de mujer con tan bellos vestido.
-Buenos días, pensé que eras el señor Conlan.- Se sonrojó ya que el estaba boquiabierto y comiendosela con la mirada.
-Felicidades hermosa hoy ya eres una mujer completa.- La abrazó, Chary se sintió como un palito de pan cuando él la tomó en sus brazos. Pero aproveho el instante para oler aquel masculino perfume que llevaba Johan. Transcurrió un minuto y ella despertó de su hipnosis. Se separó rápidamente.
-Basta de abrazos...-Rió un poco era la primera vez que celebraba con alguien que no era el señor Conlan. -Que me has preparado.-
-Este es un Tortuose Amore.-
-¿Cómo?.-
-Un amor tortuoso.-
-Tiene un nombre raro, y me da miedo.- Se rió un poco y sus mejillas se coloraron un poco.-
-¿Qué hermosa sonrisa tienes?.-Le tocó una mejilla y ella se erizó un poco.
-Gracias, pero aun no me has dicho que es eso.-
-Es un pastel que mi padre solía preparar a mi madre en su aniversario, esta receta ha pasado de generaciones a los caballeros de la familia.-
-Oh, que privilegio que yo lo pruebe.-
-Creo que conoceras el porque del nombre.-

Chary provó un pedazo y fue como si entrara al paraiso su cuerpo se sentía extasiado. Era demasiado  provocaba muchas sensaciones, por un momento desvario y después miró a Johan. Nada se veía igual perecía que él era más atractivo que nunca y se acercó a él.
Johan sabía la reacción que debía tener así que la abrazó y susurró en otra lengua unas palabras.
-Le suare ni lan gistein.-
-¿Qué has dicho?.-Ella salió de aquel estado y lo miró desconsertada, pues se habia casi desnudado.
-Que aún no es el tiempo.-Él volvió a susurrarle en el oido.
- ¿Quién eres?...¿Porqué no puedo dejar de oir tu palpitar, qué está pasando?.-Ella se alejó de él y lo miró con aires de enojo.
- Es dificil de explicar, no entenderías.-
-¿Qué me diste, era droga?-
-No, sólo tiene ciertas reacciones con las mujeres de tu especie.-
-Espera. de qué me hablas. Que especie, me estás jugando una broma.-
- Chary, acaso no te sientes diferente a las demás personas. No te has dado cuenta que tienes un lunar como la mujer del cuadro en la espalda.-

Se quedó en estado de shock, él tenía razón todo concordaba con su vida, con las cosas que le pasaban. Por un momento recordó una de las platicás de el señor Conlan por teléfono<<Es ella la flor, pero tendrá que pasar un tiempo antes de contarlo. El rey vendrá pronto.>> para ella no tenían sentido en ese momento pero ahora ya entendía todo.
Recordó también que el señor Conlan le había dicho algo antes de irse.<<Hija, en mi habitación en el cajón de mi cómoda  hay una llave. Si yo no llego a venir en tu cumpleaños, o algo llega a pasar tomalá y abre la caja fuerte.>> "algo" acaso el se refería a esto.
Salió corriendo e hizo lo que el señor Conlan le indicó en aquel tiempo.
En la caja había una hoja de piel encerada con un sello antiguo, era lo unicó que guardaba en esa caja fuerte gigante.
Leyó en voz alta lo que decía:
"Hija, ya has cumplido los Veinticinco años ya eres toda una mujer. Sentimos mucho haberte ocultado tanto tiempo este secreto. Pero era necesario para que ningún Rebelde te encontrara..."
-¡Rebelde!.-Prosiguió  a leer.
"Llegaste junto con el Señor Conlan una noche el nos explico todo y te tomamos como hija, ya que no podiamos tener bebés. Eres una flor de luna una especie de mujer que fué procreada para reinar en tu especie junto con la especie de los puros. Alos veinticinco años dejarás de ser parecida a los humanos y tendrás que formar el lazo con el rey de los puro para poder continuar con tu especie y la de ellos. En este lazo tus poderes serán más fuertes. Nosotros lo comprendimos ya que sabíamos la historia justo antes de que llegaras venimos de una estirpe de humanos que nos dedicamos a protejer a las Flores antes de este lazo. El señor Conlan tendrá que dejarte por mucho tiempo hasta que un ser nazca de nuevo y tenga que ponerlo en manos de seres humanos. Pero esto sólo pasará en caso de ser una niña.  Te pedimos entiendas y busques tu destino junto a tu verdadera familia los Puros. Te amamos y viva tu reinado."

Chary estaba llorando, pero entendía todo. Con miedo bajo y enfrentó a Johan.
-Tú, ¿Lo sabías?.-
-Claro que si, desde que te ví supe quien eras.-
-Pero, por que nunca me lo dijeron. Así estaría preparada.-
-Sí, hubiesen hecho no hubieses nunca podido convivir con los humanos. Ya que te sentirías rara, y los Rebeldes facilmente te encontrarían ya que al saberlo, tu olor se vuelve más reconocible para ellos.-
-Ya veo, y quien es el Rey de esta especie.-
-Aún no debes saberlo. Hasta que el ritual se complete hoy en la luna llena.-

Charlotte se sonrojó que clase de ritual llevaría a cabo. Acaso era algo sexual, a ella nunca le habían hablado de sexo. Había conocido por libros de sexualidad, pero ¿ tendría que embarazarse?. No entendía lo que pasaba. Johan era a caso sólo un guardían que hombre sería el elegido para ello. Siguió divagando en pensamientos. Hasta que Johan interrumpió.

-Mientras tendremos que mudarte de aquí, ya que es un lugar peligroso y quedarías expuesta a los Rebeldes.-
-Y a dónde me mudaré, tengo una fortuna lo sé, pero no sé a dónde ir.-
-Tenemos que ir a las Comunidad de boston.-
-¿En dónde estás eso?.-
-Pronto lo sabrás.-

Se fueron en el extravagante mustang, Chary se quedó dormida mientras manejaba Johan pero llegaron rápido. Era la mansión de Johan ella la reconoció enseguida.




miércoles, 8 de septiembre de 2010

CAPÍTULO TRES

La alarma sonó a las once de la mañana, Charlotte levantó su mano y golpeó con fuerza el reloj de gato que tenía a lado. El día de ayer era muy difícil de superar, jamás había presenciado un acto como ese. Su mente, sólo intentaba borrar la escena atroz y sangrienta. Se levantó con un fuerte mareo que casi provocó que se callera otra vez a la cama. El día pasado no había comido bocado y estaba un poco débil

Al levantarse por completo notó que la habitación tenía un olor diferente. Intentó rastrear el lugar de donde venía, jamás había percibido una fragancia igual. Al darse cuenta de que provenía de su cama, se horrorizó por completo. << ¡Oh no!, me siguió hasta aquí. Sabe en dónde vivo>>.-Pensó.
Salió de la habitación con el cuchillo en la mano. Si el asesino había entrado a su cuarto, todavía debía encontrarse ahí, esperando el momento para que ella se descuidara y poder matar a la única testigo del asesinato. Revisó cada rincón de la casa con mucha valentía. No encontró nada que pudiera dar una pista; forcejeo, un cristal roto, huellas, nada. La casa estaba igual de limpia, sólo quedaba revisar bien su habitación.
Regresó y el perfume se podía percibir al entrar. No quiso seguir investigando, seguramente era su psicósis de lo ocurrido. Se alistó para poder llegar a su clase de Administración, faltaban dos horas para entrar y si comía no estaría tan mareada.

Salió de casa y caminó al restaurante Nico, se estaba a dos cuadras de su casa y era el más cercano. Pero el sólo pensar en lo que le había pasado muy cerca de ahí provocó que cambiara de parecer y tomó otro restaurante por opción. <<A Maurizio, si aunque quede más lejos. Sé que no es la ruta del asesino>>Pensó un poco más, faltaba muy poco para entrar a la clase y no le gustaba para nada faltar. Tomó un taxi y se dirigió al campus.

Johan se encontraba descansando en su habitación, su dolor de cabeza seguía. Esa mujer le había despertado un instinto de protección y no pudo evitar quedarse a cuidarla.  La noche anterior no se preocupó por pedirle alimento a la comunidad y ahora su hambre era más aguda.
Salió arreglado de la habitación y entró a la cocina. Sebastián y los demás hombres ya estaban desayunando. Se sirvió de todo lo que pudo, y empezó a comer con mucha desesperación. Ellos lo miraron con una sonrisa de burla en sus caras.

-Veo que tu hambre esta latiente. ¿Ayer no te alimentaste?. Se nos olvido decirte que aquí cada quien se prepara su alimento, bueno al menos hasta que Ferison llegue de Alemania–Darlen, le habló desde el otro lado de la mesa.
-¿Ferison?--Johan enarcó una ceja y lo miró con  duda de lo que le había dicho.

-Sí, es el Mayordomo, pero tuvo un asunto urgente que atender con su familia hace dos días. Nos dijo que posiblemente regresaría hoy. Él es de la familia así que no te extrañes de verlo convivir con nosotros.- Darlen siguió comiendo y bajó su mirada al gran plato de frutas que comía en ese momento.
-Sí, solo es que se me hace muy raro la costumbre de tener un mayordomo, pero si lo tratan como alguien más en la familia no hay ningún problema.-Johan terminó de comer antes que todos y se levantó a dejar sus platos. Caminó rápidamente a la puerta de salida, pero Sebastián lo detuvo.
-Si llegas a tener un problema nos avisas, no hemos podido obtener información. El rebelde prefiere morir que abrir su boca y decirnos la hubicación de los rebeldes.-
-Sí, los mantendré alertados, no creo que estén muy lejos del perímetro, creo que saben que la flor está cerca.-

Salió de la mansión en su Mustang. Faltaban sólo veinte minutos para entrar a la clase de las doce y había mucho tráfico. Por esa razón odiaba el transporte humano, era deficiente para su raza. Pero debía ser precavido para no levantar sospechas.

Llegó justo a tiempo a la clase, Charlotte ya se encontraba en su lugar. Ella le mostró una cara de pocos amigos. Intentó no mirarla tanto para no molestarla, necesitaba en realidad acercarse más a ella y cualquier roce de enojo podría provocar retraso en la misión.
-¡Hola Charlotte! ¿Estás bien, es que te ves un poco pálida?.-Le sonrió amablemente, para demostrar su interés.
-La verdad me siento un poco mareada, y ayer no pude…-Se quedó callada, por qué ella tenía que explicarle a un extraño.
-¿No pudiste? ¿Por qué haces una pausa?, ¿Acaso te pasó algo?...-Arqueó la ceja.

Se sintió interrogada hacia muchas preguntas. Desvió la plática para no tener que hablar de lo ocurrido. La creería una loca.
-Bueno, lo que pasa es que ayer estuve estudiando mucho y pues no me acordé de comer. Ya sabes los exámenes me ponen nerviosa.- Rió de nervios. -Oye en verdad, disculpa por no haberte prestado atención ayer. Parecía que necesitabas ayuda, pero me encontraba un poco ocupada y no pude atenderte. -Johan  mostraba amabilidad al mirarla y había funcionado, ella estaba un poco interesada en hablarle.
-En realidad, sólo fui para verte. Pero creo que estabas disgustada y no quise molestarte con mis dudas.- La plática se había hecho más larga, no dieron cuenta y la clase ya había comenzado.
-No, en realidad no lo estaba.-<< ¿Me está coqueteando?, o es mi imaginación >>pensó Char.
-Ya veo entonces creo que debí hablarte, qué te parece si comenzamos de nuevo. Mi nombre es Johan Sorenhen vengo de intercambio de Rusia y quiero invitarte a comer saliendo de aquí.-Ella se sonrojó al escuchar lo último.
-¿Cómo sabes que tengo hambre, eh?-Sonrió un poco.-Bueno te permitiré comer conmigo pero no invitarme de comer, no me gusta que me paguen la comida. Además ,si te dejó, ya sería una cita y no tengo intenciones de tener una pareja.-Él  ascendió con la cabeza.

Dejaron de platicar, y pusieron atención a la clase. Charlotte no dejaba de voltear a verlo, era un chico muy apuesto y tenía algo que le provocaba fascinación. Podrían ser sus ojos, su cuerpo ó también su voz de tenor que la relajaba. Intentó no ser tan obvia y puso más atención a la clase.

En cambio Johan la miraba cada vez que ella volteaba pero sin cruzar las miradas. Él fácilmente podría haberla hipnotizado no era difícil con los de su raza, pero quería que esto fuera diferente. No podría realizar el pacto con una esclava de sus deseos, tenía que hacerlo de otra forma.

Terminó rápido la clase y salieron del campus. El coche estaba muy cerca de la entrada. Cuando él desactivó la alarma del Mustang amarillo,todo un clásico,ella se quedó mirándolo detenidamente. Cualquier chica de Campus mataría por tenerlo como su novio, y ella simplemente lo veía como un chico más que se interesaba por su extraña belleza.
Ella no asimilaba la idea de ser la chica más hermosa del campus. Siempre había deseado ser más alta y no se consideraba llamativa ni atractiva como siempre la describían. Pero se sentía afortunada de no ser otra chica bella y tonta.
-¿A dónde quieres ir a comer?.-La miró de reojo mientras conducía por las calles de Boston.
-Pues la verdad, no tengo un restaurante preferido.Pero si tienes otra opción por mi está bien.- Era mentira pues se la pasaba de restaurante en restaurante.
-Que te parece, si comemos en mi casa.-Su sonrisa picara se escapó de su cara.Tenía ya todo planeado para invitarla.Para esta hora Ferison, ya había llegado a la mansión y los chicos le dirían que preparara todo.
Charlotte logró ver la expresión de su cara << Creo, que éste chico de verdad está interesado en mí.>>pensó. Solo le dirigió una sonrisa de nervios.
-Está bien, pero es enserio lo que dije no quiero que pienses que es una cita ni tampoco que te aproveches de la situación.-
-No, es sólo que tampoco quiero que tu pagues ninguna cuenta.Y pues mi casa no está lejos de aquí.-
-Bien, entonces comeremos en tu casa.Por cierto ¿Tienes familia viviendo aquí?.-

Johan se puso nervioso como podría contestarle, los machos de la comunidad tenían características muy diferentes entre si, no parecerían familiares.Y además no había ninguna mujer. Lo mejor era decirle que era una fraternidad de hombres.

-Pues a decir verdad, vivo en una fraternidad de hombres. Pero los conozco y se que son buenas personas, no te van a faltar al respeto.-
-A ya entendí, pero….-Suspiró y se tocó la cabeza. -Perdón, es que ultimamente me he sentido mal.- Johan volteo a verla con un poco de asombro.
-¿Te sientes bien?¿No quieres que me detenga?.-
-No, es  que ultimamente he tenido muchos cambios.-
-¿Què clase de cambios?.-La miró detenidamente.
-Pues fui con un nutriólogo, y me dijo que mi metabolismo era muy extraño. Como demasiado, en ocasiones suelo tener mareos que me botan.Y otras veces me siento muy ligera. La luz me molesta demasiado,y sobre todo en los ojos. Percibo demasiados olores, y mi visión en la noche se a agudizado. Es extraño que te diga esto, debes pensar que estoy loca como los demás.-
-Bueno, pero no es normal. Le has dicho a alguien más lo que te pasa.-
-No, pero porqué el interés.-
-No por nada quería saber, y no estás loca. Ojalá y pronto sepas la causa de tus cambios.-Puso de nuevo la vista al frente ya habían llegado a la mansión.
-Vaya, tienes una pequeña casa.-Ella miraba por la ventana, cuando entraban por el gran portón eléctrico.- Deben pagar muy bien para vivir en una casita como esta.-
-En realidad, yo soy el dueño. Ellos rentan por vivir ahí.- No le podía decir la verdad. Como explicaría que él era el más antiguo de su Raza y qué por herencia todas las comunidades eran suyas. Un ser de sangre pura era conciderado un Rey, él lo era.
Bajaron del auto, y entraron a la mansión. Ella estaba pasmada al ver el elegante y futurista interior de la mansión. En la puerta del vestíbulo un hombre delgado, de muy bellos ojos los recibió.
-Muy buenas tardes mi señor, me han avisado que venia. Así he preparado de comer.-

Charlotte se quedó aún mas asombrada. Jamás había visto a un hombre de características tan bellas, y mucho menos de sirviente. Facilmente estaría de modelo y ganando muy bien.
-Muy buenas tardes Ferison, están todos en el comedor.-
-Si ya se han reunido, y a qué se debe la visita de tan bella dama.-La miró e hizo una reverencia.
Por su forma de hablar parecía de otra época, pero no era viejo, al contrario se veía joven.<<cuando mucho tiene unos 30 años>>pensó Charlotte. Era muy alto de unos dos metros, su cuerpo era semi musculoso, su piel era blanca, sus ojos eran verdes y tenía una marcas en el centro atigradas; su cabello castaño rojizo, muy largo y lo sujetaba con ligas. Vestía un traje muy elegante, lo hacía verse más atractivo.
-Pues es una compañera de la Universidad, y la invite a comer.-La miró y le hizo un gesto de bienvenida.
-Pues, no haga esperar más a la dama.Vayan a sentarse, yo les llevaré la comida.-Se alejó del vestíbulo y caminó hacia un cuarto cercano.
-Bien, estás en tu casa Charlotte.-
-Puedes llamarme Chary o Char, es que mi nombre es largo y así me llamaban mis…-Hizo una pausa.-Bueno, pues vamos a comer.-
Johan se sintió extraño, pues la mirada de Charlotte era triste.Él sabia muy bien lo de sus padres, así que no le extraño que no pudiese completar la oración.
En el comedor los seis hombres ya estaban comiendo, y Ferison había servido a todos. Cuando ellos entraron, todos dejaron de comer y dirigieron la mirada a Johan y su compañía.
-Así, que la has traído. Nos llegó tu mensaje pero no pensamos que fuese una dama tan bella.-Charlen habló desde el fondo, con una actitud muy altiva.

Johan lo miró con desacuerdo, no permitiría que fuera tan atrevido con Chary. Lo ignoró y prosiguió a sentarla. Ella se ruborizó.
-Chicos, ella es Charlotte. Es mi compañera de clase y no quiero que le vayan a faltar al respeto con comentarios groseros. Quiero comer en paz y que ella este tranquila también.-
-Bueno si quieren pueden presentarse para que los conozca mejor-Les brindó una bella sonrisa.
-Mi nombre es Charlen, ya terminé de comer. Provecho y con permiso.-Se levantó de la silla y salió del comedor.Tenía una cara de molesto.
-¡Hola! Soy Darlen.-Se paró  y beso su mano. Johan  lo miró un poco molesto. Charlotte estaba muy ruborizada. Era un chico muy guapo ,no era muy alto, pero que  importaba con tan bellos ojos verdes. Darlen regresó a su asiento y siguió comiendo.
-Hola, mi nombre es Dermin y sea usted bienvenida.-Eran tan guapos todos, pero no se comparaban con Johan.
-Ariel, para servirte.-La miró desde su asciento y continuó comiendo rápidamente.-
-Bueno, yo soy el primo de Johan. Mi nombre es Bruno,cualquier cosa que él te haga, me dices para que lo golpee.-
-Muchas gracias, por  tan cálida bienvenida mi nombre es Charlotte.-
-Bueno,Chary comencemos a comer. Si no te llenas me dices para pedirle más a Ferison, el es nuestro gran chef.-
-Gracias, creo que si me llenaré.-

Continuaron comiendo, ellos comenzarón a platicar de sus escuelas y sus experiencias, aunque fueran planeadas para el momento. Johan les había pedido desde la mañana, que mientras ella estuviera ahí fueran cálidos y no hablaran de cosas que pudieran ser anormales para Charlotte.

Terminaron de comer y todos salieron del comedor.Solo se quedaron Johan y Charlotte platicando.
-Veo que tus clientes son muy amables.Cuanto llevan viviendo ellos aquí.-
-Pues bastantes años, los suficientes para conocer a mi padre y a mi madre.-<<Creo que hablé de más>>pensó.
-¿Oye tus padres están bien?.-
-Sí, solo que llevan muchos años lejos de mí y no los he visto. Me dejaron administrar la pensión aquí, y se regresaron a Rusia.-Mintió.
Su padre tenía miles de años,¿Còmo podría decirle eso?. Y su madre había sido una mujer una de las elegidas así que también era una inmortal.
-Oh, perdón no quise incomodarte con mi curiosidad.-
-Al contrario me halaga que preguntes por mi familia, veo que sí te intereso.-
-Que no se te suba a la cabeza, sólo era curiosidad.-
-Puedo preguntarte algo Chary.-
-Claro te toca a ti, pero no seas duro con la pregunta vale.-
-¿Qué me puedes decir de tu familia?-
Volteó un poco antes de contestarle una pregunta tan difícil.
-Mira, mis padres murieron hace casi 9 años. Vivo con un amigo de ellos que me ha cuidado este tiempo. Se supone que viviría sola cuando cumpliera los dieciocho pero me encariñe mucho con él y le pedí que no se fuera, es como un tío para mí. De los padres de mis padres aún no se nada, en su testamento me han dicho que al cumplir los veinticinco me dirían parte de la verdad de mi familia. Sólo faltan dos días para saberlo.-
-Que mal, perdón por recordarte un recuerdo tan doloroso como ese. ¿Cumples años dentro de dos días?-
-Sí, intentaba no decirle a nadie. Pero creo que hablé de más contigo.-
-No al contrario me gustaría regalarte algo, ¿Tienes algo preparado para ese día?-
-No me agradan mucho las fiestas de cumpleaños, por lo regular el señor Conlan me traía un pastel y un regalo. Pero nunca realizamos ninguna fiesta.-
-¿Cuál es el nombre del señor Conlan?-Su tono de voz sonó más áspero.
-Pues su nombre es Fernando Conlan y es de Rusia. ¿Hay algún problema, o lo conoces?-
-Creo que lo conozco, yo soy de Rusia. Pero a lo mejor es sólo una coincidencia.-
Claro que lo conocía, fue un integrante de la comunidad Rusa a la que él pertenecía. Pero había desaparecido sin decir nada. Ya cumpliría los nueve años sin saber nada de él. La historia era un poco más congruente ahora.
-De igual manera si quieres conocerlo puedo presentártelo. Para mi cumpleaños estará ya aquí.-
-¿Estás viviendo sola?-
-Sí, llevo una semana viviendo sola. Tuvo un asunto que tratar en la empresa de mis padres en Rusia, y volverá para mi cumpleaños.-
-Ten mucho cuidado, te daré mi teléfono por cualquier problema que llegaras a tener. Una mujer sola es presa fácil para los delincuentes.-
-Sé cuidarme sola, no hay ningún problema. Pero de igual manera te llamaré si me pasara algo.- Miró el reloj de pulso, ya eran las siete de la noche, las horas se habían pasado rápidamente.
-¡Uy! Creo que nos excedimos hablando ya es tarde.-
-Te dejaré a tu casa para que o no andes sola de regreso.-
-Qué pena contigo, me invitas de comer y todavía me llevas a mi casa. No te preocupes, puedo regresar en taxi.-
-Porqué gastar, yo te puedo llevar además si no aceptas me sentiré mal.-
-Está bien lo aceptaré pero no pienses mal. Somos sólo compañeros de clase.-
-Hablando de la clase, terminé de utilizar tus apuntes, permíteme un momento voy por ellos y regreso. Puedes sentarte en la sala si gustas.-
Johan saliò del comedor y Chary se quedó en la sala. Admiraba la arquitectura de la habitación. Muy futurista y extravagante. El silencio de la mansión era muy placentero, era extraño porque la habitaban muchos hombres y no se escuchaba ninguna voz.
Mientras admiraba cada una de las obras de arte, se enfocó en una que no encajaba. Un cuadro dividido en cuatro secciones, que abarcaba toda la pared central. En el primer cuadro aparecía una población de hombres y mujeres, las mujeres parecían sufrir por algo. Y los hombres las miraban con dolor. En el segundo cuadro aparecía un hombre y una mujer parados en tierra blanca. La mujer estaba desnuda en los brazos de lo que parecía ser un guerrero. Ella llevaba en su espalda un lunar, tenía la forma de una flor. Él la miraba con sus grandes ojos azul rey, y su expresión de felicidad. En el tercer cuadro la mujer llevaba en sus brazos un bebé y el guerrero portaba un arma y amenazaba con ella a unas sombras.
En el cuarto cuadro, otra pareja se encontraba con un bebe en brazos. El bebé estaba desnudo era un niño de cabellos platinados. La mujer tenía en el cuello el collar de la primera mujer. Y el hombre realizaba una reverencia a su mujer, acompañado de siete hombres más a su espalda parecía un ritual.
Cuando Chary se dio cuenta Johan estaba a su lado admirando también la obra de arte.
-Veo que te ha gustado, tiene muchos años de antigüedad y también tiene su historia.-
-Me asustaste.-Se calmó un poco-Es muy bella, pero ¿Cuál es su historia?-
-Te la contaré pero se te va hacer tarde. ¿No hay ningún problema con eso?-
-Cuéntamela, de todas maneras me vas a llevar a mi casa.-
-Comenzaré desde el primer cuadro.-“La población que ves ahí, no es de humanos. Son guerreros de un planeta de la galaxia Surei. Y sus mujeres están muriendo por contaminación en la sangre. Sólo les afectó a ellas y ahora la raza ya no tenía forma de continuar, era su extinción.Se supone que los hombres viajaron por todas las galaxias buscando mujeres que pudieran reproducirse con ellos pero no encontraron nada. Sobrevivieron ocho hombres y por medio de las investigaciones de sus antepasados encontraron un planeta parecido al suyo” La tierra”. Tardaron miles de años en toparse con algo así. Cuando llegaron a ella no pudieron reproducirse con la mujeres de la tierra, no tenían las características para hacerlo. Al darse por vencidos, uno de los ocho hombres viajó al satélite de la tierra y se encontró con una mujer de belleza incomparable. El guerrero se llamaba Nester, era el de sangre más pura y considerado el Rey de su especie. Al acercarse a la mujer, ella le habló. <<Son los hombres predestinados a procrear con nosotras. Lo he visto en una visión, mi nombre es Imajei soy la Reyna de la especie>>Nester se enamoró de Imajei. Ellas tenían dones especiales de visón. Al parecer una epidemia parecida a la de su planeta había matado a los machos y también estaban por extinguirse. Al tomar como esposa a la mujer del planeta se realizó el pacto destinado y nació la primera hija Ayule. Pero al parecer no estaban solos, desde que habían salido de su planeta los habían estado siguiendo los responsables de la muerte de las mujeres en su planeta “Los rebeldes”. Eran seres de parecida genética a los guerreros pero no podían procrear sin contaminar la sangre. Los seres que salían de su procreación eran malos, con hambre de sangre y mataban por gusto. Ellos habían sido responsables de la muerte de los hombres de la luna, y ahora querían matar a las mujeres. Nester convocó una guerra cuando las algunas mujeres fueron contaminadas y matadas. Mandó a su mujer y a su hija a la tierra junto con cuatro hombres. Pasaron cincuenta años y por fin había hecho retroceder de la luna a los Renegados. Viajó a la tierra para encontrarse con sus hermanos de sangre y sus amadas. Al llegar su hija ya era una mujer y se había desposado con uno de sus hermanos de sangre Garuo. Y tuvieron por primera vez al primer varón de sangre pura. Se había completado el ciclo y por fin su raza tendría descendencia.Por eso los hombres están hincados ante la mujer y el bebé”

-Bueno y pues dice la leyenda que cada cien años nacen mujeres destinadas a los hombres de la raza para continuar la existencia. Pero sólo nace una con las características puras para el rey. Se les llaman Flores de Luna-
-Es una historia fantástica, quien te la ha contado.-
-Pues mi padre me la contó cuando era muy pequeño. Y desde que tengo memoria este cuadro ha estado en mi familia.-
-Bueno basta de charlas, y mejor llévame a mi casa.-
-Claro señorita como usted guste.-
Subieron al carro y se dirigieron a su casa. En el camino ella estaba muy pensativa.
-¿Te pasa algo?-
-No, nada es que la historia me gusto y estaba pensando en aquel bebé en brazos. ¿No me dijiste su nombre verdad?-
-No, no te lo dije. Porque no me creerías.-
-Porqué dices eso.-
-Mi madre se inspiró en el cuadro y pues el niño se llama Johan.-Un silencio cortó la plática y luego Chary soltó una carcajada.
-Discúlpame no quise reírme pero me sonó gracioso. Estas bromeando ¿verdad?-
-No, es enserio mi madre se inspiró y me puso como en bebé del cuadro.-Estaba un poco molesto por la acción de Chary.
-Bueno te creeré, perdón si te moleste es que de verdad me pareció gracioso y pensé que bromeabas.-
-Está bien señorita, te perdonaré.- Llegaron y se detuvieron frente a la casa de Chary. Cuándo ella bajo del auto y entró a su casa. Él pudo percibir un aroma conocido “un rebelde”. Estaba esperándola dentro de su casa como un cazador. Salió apresuradamente del auto y corrió hacia la puerta de Chary tocó para asegurarse que no le habían pasado nada. Pero no hubo respuesta, tiró la puerta de una patada y se apresuró a encontrar el olor putrefacto del rebelde.

Estaba en la cocina y tenía a Chary abrazada de espaldas amenazando con matarla de un mordisco. Ella estaba horrorizada al ver la cara del ser putrefacto su ropa tenía sangre vieja y su mirada estaba pérdida.
Por un momento le recordó al asesino de la noche pasada. Mas bien se parecía al ser del cuadro<<Un rebelde>>Pensó.
Johan no sabía qué hacer, si ella hubiera sido una humana cualquiera podría haberla dormido y acabado en un segundo con el Rebelde. Pero no lo era y no sería fácil explicarle todo.
-¡Déjala, en paz! ¡Suéltala! ella no es lo que buscas.-
-Oh, claro que lo es. Su olor es inconfundible. Mi señor va estar contento conmigo y tal vez me deje probar de su sangre.-
-No te lo permitiré, no puedes hacerlo ella es…<<Mía>>Su mente completó la frase.-
-Tuya, no lo es aún no está marcada.-
-Suéltala te he dicho, no sabe nada de quien es.-
-Mejor para mí así la mataremos más rápido y no podrá herirnos. -Soltó una carcajada que hizo que Chary se desmallará del miedo.
Eso le dio oportunidad a Johan para sacar su espada y partir en dos al renegado. No había ningún rastro ya que se había hecho polvo. Chary se cayó al suelo desmayada, no logró ver el final del asesino. Johan la tomó en sus brazos <<Dios, es tan ligera>>pensó. Y se la llevó a su habitación, intento borrar la escena de su mente pero no pudo. La cambió por la idea de un sueño, para que ella no pudiera sospechar nada.

Charlotte despertó de la pesadilla, miró el reloj eran las dos de la mañana. Se había quedado dormida. Al mirar el sofá en su habitación oscura, distinguió una silueta. Un hombre encogido como si estuviese dormido. Se levantó con miedo de la cama y encendió la lámpara. Era Johan, parecía cansado. << ¿Qué hace él en mi habitación?>>Pensó. Cuando iba a despertarlo, él abrió los ojos. Y la miró, parecía desconcertado y sus pupilas estaban completa mente dilatadas.
-Que ha pasado, no recuerdo nada.-Se acerco más a él.

Sus ojos volvieron a ser normales y le contestó.
-Te desmayaste, creo que tu debilidad aumentó y te puse en tu cama hasta que despertaras. Pero creo que me quedé dormido cuidándote.-
-Ya veo perdón, no quise ser una molestia. Yo y mis desmayos. Y para colmo me desperté de una horrible pesadilla. Eso de escuchar historias fantásticas, provocó que mi mente creara escenas.- Rió un poco y siguió hablando-Sabes me gustaría creer en la leyenda que me contaste. Porque se han cumplido algunas visiones que de niña pensaba que eran solo sueños.-
-Enserio, como cuales.-
-Tú eres un ejemplo de estos sueños. En uno de mis sueños tú entrabas al salón de clases y me mirabas y pues pasó. Y en otro de mis sueños mis padres morían en un accidente y ya sabes lo que aconteció después. A lo mejor y sólo son coincidencias o lo que se les llama Dejabù.-
-O realmente el destino.- Concluyó y la observó detenidamente.-
-Es una locura, jamás he creído en el destino. A demás te lo comentaba porque me acorde de cuando te vi por primera vez. Y no te creas, no me gustas, sólo te observe por que eras el nuevo de la clase.-
-Ha, sí. Pues no me pareció que me miraras por simple curiosidad. Al contrario hasta te tuve que hablar para que dejaras de mirarme.-Chary frunció el seño y se alejó de él.
-Será mejor que te marches, mañana hay clase temprano y necesito descansar.-
-Está bien, pero no me rendiré hasta que lo aceptes. Que tengas una excelente noche Charlotte. Nos veremos mañana-
Salió del cuarto y bajó por las escaleras. Chary se sintió mal por haberlo corrido tan injustamente de su casa. Ya era muy tarde y era peligroso que el regresara por las concurridas calles de Boston. Bajó corriendo para alcanzarlo. Y le gritó:
-¡Johan!, no te vayas.- Él volteó y puso una cara de duda.
-Te pasó algo Chary.-
-No, nada es sólo que no quiero que te vayas.-<<Que no piense mal, Que no piense mal>>pensaba.
-Hay alguna razón para que no me tenga que ir.-
-Mira en verdad, no te vayas, tengo miedo y ya es muy tarde para que manejes de regreso a tu casa. Tengo una habitación de huéspedes disponible, que te parece si duermes ahí.-
-Pero, no tendrás problemas con que este extraño duerma en tu casa.-
-No, además tengo con quien quejarme si me haces algo. Recuerda que tu primo Bruno me dio su teléfono por cualquier problema contigo.- Soltó una risa.
-Bueno pues si así lo quieres me quedaré en tu casa-

A Johan le convenía pues los Rebeldes podrían atacarla en la noche. Ellos no lo harían en el día, el sol era mortal para los impuros. Así que aceptó con gusto la invitación. Charlotte le preparó el cuarto de huéspedes, estaba enfrente de su habitación. Le mostró el baño y se fue rápidamente a su habitación.

-Muy buenas noches pequeña Chary.-Ella lo observó solo un momento. La frase le resultaba conocida, su padre así le decía cuando la llevaba a su habitación.
-Me recordaste a mi padre. Gracias me sentí bien al escuchar esa frase.-
-Lo siento, los extrañas verdad.-
-Demasiado, quisiera que ellos estuvieran aquí. Fui una mala hija muy egoísta y no pude decirles cuanto los amaba cuando murieron.-
-Ellos lo saben desde donde estén de eso no te preocupes.-
-Gracias, eres un buen chico. Pensé que serías más cerrado.-
-Lo soy, pero no contigo. Y no sé por qué.-
-Que pases buenas noches.- Cerró la puerta
<<Ella provoca que cambie mi modo de ser. Veo que mi instinto es más fuerte que mi terquedad>>Pensaba.
Podía oler el suave perfume de su piel desde la habitación de huéspedes. Esa esencia no lo dejaba dormir tranquilo, tenía que verla y olerla más cerca. Sabía que ya estaba dormida, podía también escucharla. Se desvaneció y llegó a su habitación desde las sombras.
Ahí estaba ella, parecía que lo esperaba. Sólo llevaba ropa interior y no estaba tapada. La luna entraba por la ventana y reflejaba con su piel tan blanca como la nieve. Era completa mente tentadora para él. Rozó con sus ásperos dedos el brazo de Chary y ella sólo se encogió por la sensación. Su espalda quedó descubierta a la vista de Johan. Tenía la marca de nacimiento de las Flores de Luna y brillaba más con el resplandor de la luna. Era una mujer hermosa y ahora sólo la tenía para él.

Salió de la habitación sin hacer ruido, y había tenido suficiente de observarla. Su instinto le decía que era suya, pero no podía tomarla hasta que estuviera la luna en su punto de alineación. Y ella no sabía nada de su procedencia. Tendría que llegar su despertar para que ella recordara quien era en realidad. Sólo faltaban un día para ello.

martes, 31 de agosto de 2010

CAPÍTULO DOS


-¡Rayos! No comprendo, porque me has elegido a mí para llevar a cabo esta misión. Tienes cinco machos a quienes elegir de la comunidad de Boston.- El hombre gritaba por teléfono, eran las 8 de la noche.
-Si lo sé, pero te he elegido a ti porque ellos llevan 9 años tratando de localizarla en Brooklyn y no hay rastros de la flor. Bueno hasta ahora no me han avisado nada, debes ir...-Murmuró una serie de palabras en una lengua desconocida. -Lo sabes bien, tú eres quien llevará a cabo la transición y además encajas perfecta mente con las características para acercarte a ella.-

Johan se mostró impaciente y continuó la conversación. Se movía de un lado a otro, hacia que la habitación se viera mas pequeña de lo que era y ¿cómo no? era demasiado alto y musculoso.
Estaba en la mansión de la Raza, acababa de terminar de llamar a Garuo de la comunidad Rusa. No se encontraba de humor como para viajar, y menos por el océano. Odiaba sentirse atrapado en un avión sin poderse mover con libertad.
-¡Carajo! .-Azotó el celular en la mesa metálica y salió de la habitación con su chaqueta en brazos. Otro hombre lo esperaba fuera de la habitación. Su apariencia era similar a Johan pero con un aire de estrella de rock.
-Hola señor Johan, ¿Enfurecido? -Le dijo Bruno en un tono burlón, eso lo puso más irritado.
-Me enfurece hasta tu presencia Bruno. Pero ni modos tengo que aguantarte. No me he podido alimentar bien, hay tanto por hacer en la comunidad de Boston. Solo faltan  unos días para la alineación lunar y la flor aún no ha sido encontrada.- Salieron del edificio y subieron al auto que los esperaba.
Llegaron en menos de veinte minutos al aeropuerto de Ufa, y subieron en un jet privado.
Johan  se sentía mal, era claustrofóbico y parecía un elefante en un minicooper. El tamaño de los dos, hacia  ver que el jet era pequeño y se sentían encajonados con tan poco espacio.
Llegaron antes del amanecer, como se tenía previsto. El sol apenas empezaba a salir, tomaron otro auto y llegaron a la mansión de la comunidad.
Johan llevaba una chaqueta negra de cuero que lo hacía parecer aún mas grande. Y con sus lentes oscuros intimidaba a cualquiera. Bruno no se quedaba atrás era sólo unos centímetros más bajo que Johan pero su complexión era similar. Músculos marcados, amplios hombros y una cara de modelo de revista, sin olvidar su toque roquero. Cualquiera diría que eran actores de televisión o estrellas de alguna banda.
Johan agitó su melena plateada, estaba cansado del viaje y debía aún llegar a trabajar en la comunidad. No tardaron en entrar al vestíbulo y notaron que se habían reunido personas en el exterior de la mansión, como si acabaran de ver a dos famosos saliendo para un concierto privado. Una mansiòn como esa no encajaba con Boston. Era monumental y en su exterior tenía un toque Rústico-Minimalista. Pero no se comparaba en nada con su interior, paredes metálicas y luces de colores neón en el vestibulo. En la sala de estar las ventanas tenían percianas métalicas y los muebles tenían un toque futurista. La decoración en si era futurista y había mucha tecnología expuesta.
No estaban tan acostumbrados a la modernización de la mansión pues ya habían venido unos años atrás de visita. Quedaron un poco asombrados al entrar, en el comedor principal estaban reunidos cinco hombres y parecía que estaban discutiendo, por que sus movimientos eran bruscos.

-¡Fáltan solo tres días para la alineación lunar y no hemos encontrado nada!.-Murmuró uno de los hombres que estaban a la fondo.
-La he estado buscando en Brooklyn, solo encontré algunas pistas de su localización, y esto nos llevó a que se encuentra en esta ciudad.- El hombre de gafas volteó a ver a los visitantes, hizo una reverencia y los otros cuatro hombres la siguieron.
-Parece que ha tenido un mal viaje señor.-Masculló Sebastian, desde el otro lado del salón.
-Sí, se nota mucho mi dolor de cabeza ¿verdad?. ¡Pero hombre!, prosigan quisiera saber más de lo que han encontrado, y ¿De verdad? aún no los conozco a todos ¿Podrìan decirme sus nombres?-Los miró para que se identificaran.
-Mi nombre es Dermin Curiel Soltelli.-Era de fornida complexión, media metro ochenta, su piel era morena, tenía facciones muy prominentes pero su nariz era muy fina y combinaba con sus ojos grises y pequeños.
-Yo soy Charlen Soften Gorak.-Lo miró a los ojos, era un hombre amenazador, sus ojos decían demasiado, eran de color occidiana , era más alto qué Johan media alrededor de los dos metros, tenía tatuajes por todo los brazos y no había lugar donde no tuviera músculos.
-Creo que no hace falta decirte mi nombre Johan pero veo que traes un acompañante así que me presentaré, Sebastián Montreal Foline.- Era un hombre con musculatura, pero sin perder el toque de caballero, sus ojos eran de un color Aqua muy intensos, su cabello era largo y negro, lo amarraba en una cola de caballo. Vestía muy elegante, no encajaba con los demás.
-Soy Darlen Moller Socoba.-Hizo una reverencia, Johan notó que tenía una cicatriz en el cuello, perecía reciente. Sus ojos eran muy claros de color verde lima, su nariz estaba respingada, y era pequeño a comparación con los demás, media metro setenta y su complexión lo hacía ver débil, pero tenía musculatura impresionante a pesar de todo.
-Creo que solo falto yo, mi nombre es Ariel Dine Jostun.-Tenía gafas y su cara era de rasgos muy prominentes, media metro noventa, era un saco de músculos y tatuajes en todo el brazo y cuello. No parecía ser agresivo pero cualquiera en la calle lo compararía con un asesino.
-Bueno he venido de Rusia a acompañar a Johan, así que me presentaré soy Bruno Chalcuin Sorehen. Vine hace algunos años pero no creo que me recuerden era un poco más delgado y no me parecía a lo que soy ahora.- Era el primo hermano de Johan, y lo habían mandado también a investigar.
-Veo que tienen información de la Flor.- Johan se acercó más a la mesa y los miró con superioridad - Pueden decirme una localización específica de dónde se pueda encontrar.- Sebastìan salió del comedor y trajo una computadora.
-En realidad hace unas horas encontramos algunos datos. Abrió la computadora y siguió hablando.-Tuvo un accidente hace unos años, y parece que se mudo, está viviendo en Boston.-Johan lo miró y puso la ceja enarcada.
-Si, bueno, eso lo escuché cuando entré. Pero ¿no tiene más información sobre su localización precisa?-
-No te desesperes a eso vamos. Se quedó huérfana y vive a unas calles de aquí y estudia en la Universidad de Boston. Tiene una especialidad en administración y comercio, bueno además de que estudia Literatura Clásica.-Sebastian se rió y lo miró como si lo hubiese callado con la información.
-Bueno con la hubicación de su casa y la Universidad me basta.-Lo retó con la mirada.- Pero veo que si han estado trabajando.-
-Okey, creo que ya sabes que tú eres el único prospecto para conseguir que venga ¿verdad?-Ariel se acercó más a él y le dio una palmada en la espalda.

¡Dios! era lo que lo tenía con dolor de cabeza, lo mandaban por que aparentaba menos edad y encajaba con el típico chico universitario, así que no tenía de otra, solo faltaban tres días para la transición. Además era el elegido para realizar el pacto desde que nació.
-Sí lo sé Garuo me lo ha dicho, soy el elegido.-Al escuchar eso todos inclinaron la cabeza para reverenciarlo y se marcharon del comedor.
Sebastián y Darlen los dirigieron a su habitación, y cada uno se fue por diferentes lados de la casa.
Sebastián se quedó un rato más con Johan y le mostró todo lo que habían conseguido para que fuera a la Universidad y no llamar la atención. Salió Sebastián de la habitación y él se quedó cambiándose para ir más tarde a la clase que tenía programada.

Era plena hora del día, el sol estaba tapado con las nubes. Se le hacía tarde para la primera hora de clase, era Literatura Clásica. Sabía que encontraría a la flor en esa clase así que se apresuró. Los de la Comunidad habían mandado información a la Universidad, para que Johan no llegara sin una presentación. Tocó la puerta y un profesor le abrió.

Lo presentó al salón y le dijo que tomara asiento al lado de la chica de cabellos largos.

-Ella, te dará los apuntes de las clases pasadas, siempre los tiene así que si tienes dudas dirígete a ella da asesorías a los chicos en biblioteca.-Le dijo el Profesor Duran.
Notó la mirada de ella y se sentó, un poco incómodo por como lo miraba. Ella se quedó más tiempo observándolo y luego se volteó al frente. Pudo ver que sus ojos eran muy bellos, y muy intensos, y también que los demás chicos de la clase la observaban.
Se dirigió a ella después de un rato y le preguntó su nombre. Ella le contestó-Soy Charlotte James.-Y él le comentó lo que el maestro le había dicho. Ella accedió y le dejó su libreta. Pero sintió que debía decirle lo bella que era Charlotte solo le volteó la cara. Johan tenia la impresión de que lo que estaba buscando lo había encontrado, sin querer el destino los había juntado, y no tuvo que buscar más pistas.

Al salir de clase corrió enseguida a biblioteca y tomó el primer libro que encontró. Por la puerta entró Charlotte la chica de la clase de Literatura, y lo miró por un momento, él sintió su enojo en su cara y no le habló, parecía que él era el motivo de su enojo.
Pasaron las horas, sólo la observaba cuando ella no percibía su mirada. Ella era muy hermosa, tan callada, sus labios rojos le provocaban una necesidad de besarla. Lo supo desde que entró al salón, tenía la fragancia de la Flor en su cuerpo, ella era lo que habían buscado y él era el elegido para terminar el pacto. Antes de que transcurriera la hora Johan sintió la vibración de su celular en el bolsillo y salió corriendo hacia la puerta de la biblioteca, era Sebastián.
-Hemos encontrado más información de la Flor tenemos ya sus datos.-Johan se quedó pensando<<Ojalá mis sospechas no sean equivocadas>>.
-Su nombre es Charlotte James Corel, sus padres murieron hace casi 9 años y vive con un tutor.-Hizo una pausa antes de seguirle dando información. -Johan has encontrado a alguien con ese nombre.-
Era lo que quería escuchar no se había equivocado era ella.
-Sí ya la he localizado, su olor es inconfundible.-Sebastian continuó hablando.
-Mira, se que sólo faltan tres días para la transición, pero tienes que tomártelo con calma ella no sabe nada de nosotros ni de su raza. Por lo visto sus padres eran simples humanos y no creo que le hayan dicho nada.-
-Sí lo sé, creo que ella por instinto percibió mi presencia, porque no dejó de mirarme y sentí como latía su corazón. Parece que ya está teniendo los cambios porque su olor es muy fuerte.-
-Bueno, necesito que regreses a la mansión lo más pronto que puedas por que también hay aquí otros problemas que resolver.-Estaba a punto de colgar y Johan le detuvo -Espera que clase de problemas, no te entiendo dime de una vez.-
-Mira en estos últimos días parece que los rebeldes han estado percibiendo el aroma de la flor y han causado una serie de asesinatos. Entre las investigaciones que realizamos, matan sólo a mujeres de veinticuatro años cercanas a los veinticinco parece que ya tienen parte de información necesaria para evitar el pacto.-

Johan se quedó mudo pero guardo la compostura un macho de su linaje debía controlar sus instintos animales. Colgó la llamada de golpe, le hervía la sangre de enojo. El simple hecho de que los rebeldes estuvieran asesinando le provocaba repulsión. Caminó y se desvaneció entre las sombras de un edificio cercano. Se transportó al cuarto de la mansión y salió hacia la sala de estar en donde se encontraba Sebastian, Ariel y Darlen.

-Rápido acércate y mira esto.-Johan caminó hacia el escritorio y miró la pantalla de la computadora. Era una grabación de cámara de seguridad en vivo.
-Parece que se salió de control.- Comentó Ariel. -Tendremos que actuar pronto antes de que sean más los espectadores de estas matanzas.-

Johan se quedó perplejo al ver que en la imagen se encontraba una pareja, el hombre había golpeado a la chica y le había clavado los dientes hasta matarla. Pero eso no le provocó tanto asombro, así actuaban los rebeldes. El problema era que había una chica al fondo, tuvo la impresión de conocerla. Miró más de cerca era Charlotte, su corazón latió más fuerte de la impresión y se desvaneció hasta el lugar dónde había visto el acto.
En el callejón solo quedaban los restos de aquella infortunada chica, desangrada y con su cara de horror latiente. Pudo ver qué el asesino ya había desaparecido y su olor se había ido. Llamó a Sebastián para que mandara a alguien de la comunidad a limpiar la escena del crimen.

Púdo escuchar a unas cuadras el respirar agitado de una mujer. Lo sintió era Charlotte, se desvaneció y llegó cerca del lugar en donde ella estaba, era la estación de policía.
Escondido en la oscuridad cercana a la estación vio la silueta de un hombre, parecía que la cazaba furtivamente, esperaba a que saliera de la estación para arremeter contra ella.

Johan percibió su olor era el asesino de la chica del callejón.Corrió hasta él y lo sacó del lugar desvaneciéndose con él hasta la mansión.
-¿Que carájos?-Él hombre se quedó asombrado, jamás había visto algo así, los de raza pura podían desvanecerse y transportarse de un lugar a otro en un instante.
-¿De cacería?, o no pudiste disminuir tu hambre con la pobre chica que acabas de matar...-Johan le dio un golpe en el abdomen y el hombre se encogió.Y como no si los músculos de Johan eran el doble de los suyo y ni decir de su tamaño.
-¡Mierda!-El hombre se encogió en su punzante dolor y escupió sangre.
-¿Qué, te dolió?, no sabes en dónde te metiste.-Lo dejó agonizante en una celda después de haberlo torturado dos horas seguidas. No iba a matarlo, necesitaba información de la localización de los demás rebeldes. Cuando había un rebelde en la zona cazando, quería decir que la comunidad de rebeldes tenían un objetivo y todos buscaban lo mismo.
Johan salió y se presentó en la sala de estar, Darlen y Dermin habían llegado de limpiar la escena del crimen y Darlen tenían una nota de compras en las manos.
-Creo que ahora ya sabemos donde se localiza la flor. Sus datos vienen aquí.-Se rió como si hubiese encontrado un premio, y se lo dio a Johan.
-Corre caballero por tu damisela en apuros.-Murmuró en tono de burla Dermìn.
-No estoy para bromitas, denme eso.-Darlen le dio la nota y Johan se desvaneció hasta la calle descrita en la nota.

Desde la ventana de la habitación la observó, cuidándola hasta que dieron las tres de la mañana y ella concilió el sueño. Entró a la habitación y le acarició la mejilla. Ella sólo se movió en su cama y murmuró dos palabras.-Tengo miedo.-y sollozó. Una lágrima rozó su mejilla.

Él sintió su miedo, y la vigiló como si fuera suya. Hasta que los primeros rayos de sol tocaron su ventana y se desvaneció para ir a la mansión.

lunes, 30 de agosto de 2010

CAPÍTULO UNO



                            En la actualidad


Charlotte estaba cursando el último semestre de universidad en Boston, ella se había transformado em una linda mujer de un metros sesenta y cinco, ojos verdes con bellas líneas amarillas que profundizaban su mirada,  piel blanca como la nieve, cabellos largos de un negro envidiable y lacios.
Era delgada pero no demasiado y de curvas muy bellas. Cumpliría los veinticinco años en Diciembre.
En la universidad siempre destacaba tanto por su belleza como por su inteligencia, los profesores la tenían vista como la mejor de toda la generación, a pesar de que no tenía padres era muy responsable y no faltaba a las clases. Siempre estaba en la biblioteca y ayudando al que se le presentara con dudas.

Transcurría noviembre el clima era frío y otoñal, se acercaba una fecha un poco incómoda para ella, el día en que sus padres habían muerto en el accidente.
Estaba entrando al campus para comenzar con su primera clase Literatura Clásica. Cuanto adoraba la Literatura, ya que el señor Fernando la había instruido muy bien sobre esta. Nunca la había dejado con una duda, <<es un excelente maestro>>  pensaba.

No dejaba de pensar en cuando sería el día en que conocería el amor. Llegando al salón siempre veía a las clásicas parejas sentadas en el jardín exterior compartiendo secretos, besos y arrumacos. Los observaba con mucha curiosidad por saber que sentían.

Al inicio  de la clase de Literatura el profesor hablaba sobre un libro importante. Ella estaba un poco distante de la clase pensando, sonó la puerta, alguien tocaba. <<Alguien interrumpió la clase del señor Duran, le irá mal, a él no le gustan las interrupciò...>>.Su pensamiento se corto al ver qué no se molesto en abrir la puerta, no refunfuño, ni dijo una palabra.

Era un chavo muy guapo, de estatura un metro ochenta, cabellos platinados y  largos, piel blanca, un tatuaje en su cuello que entraba porsu playera negra, con una musculatura impresionante. Daba una apariencia de ser un chico malo, y provocó cierta inquietud en Charlotte, pero no dejó de mirarlo con curiosidad.
-Chicos este es nuestro nuevo compañero de clase su nombre es Johan Sorenhen y viene de Rusia, denle una bienvenida y muéstrenle lo que hemos visto para que no se atrase.- miró el profesor a Charlotte, era la más aplicada y tenía todos los apuntes de clase, ¿cómo no iba a esperarse aquella aclaración de parte del profesor?.

Charlotte lo observó fijamente a los ojos eran de un color muy extraño, un azul rey con un centro  claro eran muy profundos a simple vista era un azul intenso pero cambiante, se perdió en aquel laberinto interminable. Cuando se dio cuenta él ya estaba sentado a un lado de ella, era como si se hubiese quedado dormida con los ojos abiertos,-¿cómo es que no se dio cuenta de que él ya se había sentado? -Se preguntaba.
-¡Hola! ¿Cuál es tú nombre?-Preguntó el chico nuevo.
No respondió en ese momento hasta que él volvió a preguntarle.
-¡¡Hey!! Estás bien-La miró de frente y arqueó la ceja.
-¡Oh! Perdón, no te preste atención.-Mintiéndole de su reacción.
-Me llamo Charlotte James.- Él se acercó más y ella se quedó todavía más perdida en su mirada.
-El profesor me dijo que me sentara cerca de ti para tomar los apuntes de las clases pasadas. ¿No hay ningún problema si te pido tu libreta prestada?- Se dirigió a ella con una sonrisa muy pícara que provocó que se sonrojara.
-¡Si claro! No hay ningún problema.- Le dio la libreta sin ninguna vacilación.

La clase continuó y él la miraba demasiado, llegó a irritarla, ella volteó y lo encaro.
-¿Tienes alguna duda? Es que veo que quieres decirme algo ¿no?-Su tono fue de irritación
-No, es sólo que miraba tu cabellos es muy lindo, de hecho eres hermosa.-Ella se sonrojó por completo y volteó al frente sin decirle nada.

Terminó la clase de Literatura, Charlotte estaba un poco más relajada, pero seguía pensando en el chico nuevo .Le había dicho algo muy  atrevido pero la provocó.
-¿Por qué me ha dicho eso?¿Con qué derecho?.-Refunfuño y siguió su camino hacia la biblioteca.

Él había salido muy rápido del salón así que no pudo ver a donde se dirigía. Cuando entró a la biblioteca ahí estaba él, sentado en su mesa favorita, la silla parecía de juguete, él no cabía pues era muy grande y fornido.
Char se acercó a la mesa ignorando por completo a Johan, no le había agradado su atrevimiento en la clase pasada. Él se limitó a mirarla por un segundo y regresó a su interesante libro. Sintió el rechazó, pero a ella que le importaba, además no estaba para hacer amigos teniendo una semana pesada antes de iniciar exámenes.
Terminó de estudiar y antes de que se diera cuenta, Johan ya se había marchado, tanto se había concentrado en estudiar que lo ignoro por completo.
Salió del campus y tomó un taxi, estaba completamente cansada de un día de estudio arduo. No había comido absolutamente nada y su estómago rugía.
-Muy buenas noches, puede llevarme a la calle Clark y la calle Norte.-Estaba acostumbrada a caminar pero, de verdad estaba cansada, y últimamente sentía mucha necesidad de comer. El nutriólogo le había dicho que era muy extraño su metabolismo, comía demasiado pero no parecía afectarle en nada a su figura y su peso.

Cerca de su casa habían tres restaurantes; el Estrega, el Maurizio y el Nico. Así que podría caminar para comprar su comida. Llegó a casa, el Señor Conlan no estaba habíasalido a Rusia por un problema con la empresa de sus padres, así que se quedó sola. Tomo la tarjeta de Débito y salió de su casa dirigiéndose al restaurante Nico.
Llevaba ropa deportiva, y realizó la rutina de cada día antes de comer. A dos cuadras de su casa entró al restaurante y pidió la carta de menú.

-Muy buenas noches señorita James, puedo tomar su orden.- Ella la miró, la conocían muy bien en ese restaurante. Tantos años, eran ya 8 años y faltaba poco para los 9 años desde que se había mudado a Boston con el señor Conlan, no  cocinaba en casa por eso era tan conocida en los restaurantes.
-Señorita Daisy deseo una ensalada césar, pasta con albóndigas, y un banana split por favor. Esta vez para llevar.-Observando que ya era tarde para regresar sola caminando por la calle, Boston no era cien por ciento seguro, y no se iba arriesgar. El señor Conlan le había enseñado artes marciales y defensa personal, pero no estaba segura de qué le sirviera si el atacante tenía una pistola, así que procuraba no andar sola tarde.
-Serían cien dólares, señorita.- Para una persona con su fortuna no era mucho, nunca estimaba en gastos de comida. Pero procuraba no gastar en tonterías.
-Okey, muchas gracias.-Le pagó y salió del restaurant.

A una cuadra de su casa, escuchó una discusión muy fuerte era una pareja. Una chica punk y un chico que parecía salido de un concierto de rock pesado, él tenía un aire de malicia que provocó que ella dejara de mirarlos. Pero no pudo, al ver que la chica dejó de hablar tras un golpe muy fuerte que la botó al piso Charlotte se quedó horrorizada. Aquel hombre se acercó al cuello de la chica punk y en la oscuridad solo se veía como la chica temblaba y él la forcejeaba al piso.
Ella intentó acercarse para distinguir que pasaba sin que la vieran. Su horror quedó  plasmado en su cara, había sangre regada alrededor de la chica y el hombre parecía beber de ella. <<Un Vampiro>>pensó muy en el fondo.
El hombre volteó con su mirada demoniaca, y se dio cuenta que había un espectador en la esquina del callejón observando.
-Hola veo que te gusta mirar, porqué no te acercas más y así platicamos de lo que has visto pequeña.-Su tono de voz era horrible, le puso la piel de gallina y se quedó petrificada. La había visto, y Char sabía que tendría el mismo destino que la chica punk, corrió hasta que sus pies no pudieron más, dejó tirada la bolsa de comida. El hombre la seguía a lo lejos y ella no pudo más así que busco a personas en la calle. No había nadie, su casa estaba ya muy cerca pero no quería que la viera entrar. Se dirigió a la estación de policías más cercana. Acababa de presenciar un asesinato y tenía al asesino siguiéndola. Así que podrían encontrarlo más rápido.

Cuando llegó el hombre desapareció. Perecía mentira pero no había rastros de él en la calle. El policía la vio entrar, estaba completamente agitada y llorando.
-¿Señorita le pasa algo?-le habló desde su escritorio.
-¡Un asesinato! Me siguió...el...tenía sangre en la boca...La mató.-sus palabras eran muy incoherentes.
-Señorita ¿Cuál es su nombre?-Intento tranquilizarla mirándola fijamente.
-Mi nombre es Charlotte, presencie un asesinato. Intenté que me siguiera el asesino para que pudiera ser atrapado pero, desapareció.-Pauso la conversación observando que el policía no mostraba interés sobre su loca historia paranoica que le estaba contando.
-Señorita muestra pruebas de lo que está diciendo.-La miró buscando que le diera una foto o algo así.
-No, pero puedo llevarlo al sitio en el que ocurrió todo.-Rayos como pedía fotos si esto acababa de ocurrir, podría estar todavía el cuerpo de la chica y la sangre.
-Está bien la llevaré, pero si esto es una broma juro que no saldrá hasta mañana de aquí señorita Charlotte.-Era lógico últimamente llegaba mucha gente loca, gritando tonterías para alarmar a la policía.
Llegando a la escena del crimen ella bajo primero y vio que no había ni una gota de sangre en el suelo, él la miró con mucho enojo.
-Señorita, veo que le gusta hacer bromas. La llevaremos a su casa y ojalá para la próxima no llegue dando falsas alarmas a la policía.- Dirigió su mirada al auto, hizo una seña para que entrara.
-Pero oficial.-Miro el gafete - Señor Luis, es verdad, es más dejé mi comida tirada ahí.-No había nada solo restos del caldo de los espaguetis. Ni la nota , nada, parecía que el asesino se había llevado toda evidencia.
-Muy bien, señorita ¿vive cerca?-La miró como si estuviera loca.
- Si a una cuadra.-No objeto nada y subió al coche.

La dejó en la puerta de su casa.
-Dejaré un patrulla en la cuadra para que no le pase nada.-Le dijo y se marchó sin decir nada más.

No pudo dormir en toda la noche pensando en toda la sangre que había visto, estaba asqueada. Ni le importo comer ese día, se durmió a las tres de la mañana, al otro día tendría que levantarse un poco más tarde para ir a su clase. Descansó con un cuchillo cerca por cualquier cosa que pudiese entrar en su casa.







PRÓLOGO

                       


            Hace 9 años


No dejaba de mirarla por el retrovisor del auto, era Noviembre y regresaban de una fiesta de Halloween.
Charlotte odiaba que sus padres la sobreprotegieran tanto, ella quería ser independiente, tenía 15 años.
Le había pedido permiso a su padre para ir a la fiesta de disfraces en casa de su amiga Sandra, pero  solo le permitió quedarse hasta las doce de la madrugada, y acordaron ir por ella a esa hora.

La familia James regresaba a casa, no estaban muy lejos. Sandra, su amiga, vivía a solo unas diez cuadras de su casa. ¿Cuál libertad? siempre pensaba ella.
-Charlotte, sabes que me duele más a mi no dejarte que te quedes más tiempo. Sabes muy bien la regla de la casa y no hay excepciones.-Miraba por el retrovisor su padre, ella estaba de brazos cruzados,  molesta, y tenía una expresión de tristeza y enojo en su cara.
-Eres nuestra única hija, sabes que tenerte fue muy difícil y te amamos demasiado como para permitir que te pase algo corazón.-Su madre intentó tocar su mano, ella solo la rechazo y volteó hacia la ventanilla sin decir una sola palabra.
-Algún día comprenderás cuanto te amamos y porque te cuidamos tanto.-Su mamá le dio una breve sonrisa y regreso su mirada al frente.

Dejaron de hablar, se sentía una hostilidad en el aire, no había ya más por decirles ellos no entendían como se sentía ella con esa falta de libertad. Ella solo se quedó mirando por la ventanilla, con la mueca de enojo.

Estaban a cinco cuadras de llegar a casa, y cambiaba el semáforo de rojo a verde en la calle Marion en la ciudad de Brooklyn, su padre piso el acelerador  y de la nada un autobús se atravesó por el lado izquierdo. Charlotte  vio por última vez la preocupación de sus padres en su mirada.

Horas despues...
-Es la única sobreviviente del accidente, no encontramos al conductor que los impactó. Tiene sólo algunos rasguños en la cara, la llevaremos a observación para ver si no tiene algún trauma cerebral.-Escuchaba aquellas voces a lo lejos, como si no se encontrara en ese lugar.
-Sus padres no sobrevivieron, que pena me da por ella es solo una niña. Fue un impacto fuerte, al parecer el otro conductor iba a exceso de velocidad y se pasó el alto. Destrozó la cabina por completo, ellos murieron al instante. Es un milagro que ella no tuviera ninguna fractura.-Comentaba uno de los enfermeros en la habitación de observación en donde se encontraba Charlotte .

Despertó, al escuchar que tocaban a la puerta. Se abrió la puerta y entró un Doctor con una enfermera.
-Hola señorita James, soy el Doctor Lewis Johnson.-Se acercó y con su lámpara hizo una serie de movimientos cerca de los ojos de Charlotte.
-Esto es para ver tus reflejos, y el movimiento de tu pupíla, veo que están en perfectas condiciones. Es un milagro que no tuvieras ninguna fractura o trauma cerebral, con el impacto que tuviste.-Se levantó y movió el suero que la alimentaba, cerrando la válvula que permitía el paso.
-Estas en óptimas condiciones señorita así que mañana serás dada de alta, y podrás irte con tú Tutor.
Charlotte lo observó y se asombró por lo que había dicho.
-¿Mi tutor?, sé que mis padres no sobrevivieron- Una lágrima rozo su mejilla y su cara cambió.
-Siento mucho lo que pasó pequeña, tus padres tenían un plan B en caso de que te quedaras sola, ha venido tu tutor.-Se escuchó como tocaron la puerta.

El Doctor la abrió y entró un hombre, aparentaba los 45 años de cabello largo y amarrado hacia atrás de color marrón y con una mata de canas que ya salían en la raíz, daba un aspecto de otra época o al menos eso pensó ella. Sintió un breve reconocimiento de quien era al mirar sus ojos de color grisáceos y con un destello de tristeza notorio. Sólo lo había visto una vez, cuando tenía 7 años, él se había atravesado en su camino de juego y le brindo una linda sonrisa mientras entraba por el vestíbulo de su casa.
Aquel sujeto la observó fijamente y mostró una cara de comprensión del dolor que ella sentía, pues él era lo más cercano a una familia que ella tenía.
-Hola señorita James mi nombre es Fernando Conlan, y he traído al Notario para que lea el Testamento de tus padres.-Por la puerta entró un señor vestido formalmente, con unas hojas en sus manos.
- Buenas tardes señorita James. Con el más debido respeto vengo a leer la voluntad de sus padres y le doy mi más grande pésame.-
Cada vez que mencionaban a sus padres recordaba la tonta discusión, no pudo decirles cuanto los amaba, y en lugar de eso  los rechazó por su capricho y su egoísmo.
-Comenzaré con la lectura del testamento de sus padres. Teniendo en cuenta que se encuentran las personas correspondientes.

“Hija sabemos que este día llegaría,  es una desgracia que te faltemos y no te veamos crecer. Antes que nada perdónanos si te hicimos daño te amamos demasiado”…-hizo una pausa.-¿Puedo proseguir?.-Ella ascendió con la cabeza y sus lagrimas brotaron sin cesar.
-“Es normal que te sientas enojada, porque jamás te hablamos de la familia, y no queremos que sepas aún de ella, cuando cumplas los veinticinco años sabrás toda la verdad, de eso se encargara el señor Fernando Conlan, él ha sido como un hermano para nosotros y por eso te hemos dejado a cargo de él.
-Será tu tutor y tu albacea, en cuanto la herencia  que te hemos dejado. Cuidará de ti hasta que cumplas los 18 años y puedas saber administrarte adecuadamente.”.-Hizo una pausa para que ellos tomaran la información y firmaran el papel que llevaba consigo.
-Prosigo con la lectura;”Vivirás en Boston en una casa que será para ti cuando cumplas los 18 años, y vivirás con el señor Fernando hasta que se cumpla lo mismo. Él se encargara de todo y de tu educación.
-"El dinero está en fondos qué aún no tienen una cifra específica, las empresas de la familia  aún siguen generando ganancias. El señor Fernando llevará a cabo la administración de ellas, hasta que cumplas los veinticinco años.”-Termino de leer una parte y prosiguió con lo último.

-Señorita Charlotte James Corel es usted ahora la única heredera de la fortuna Familiar. Y se debe cumplir con la voluntad de sus padres.- Terminó de hablar por completo.

Solo mostró una cara de tristeza, aún muertos sus padres no habían dado una respuesta sobre la falta de información de su procedencia familiar. Solo sabía que ellos la habían creado con amor y que era su única hija, nada más; ni abuelos, ni tíos, ni nadie. Era como si se los hubiera tragado la tierra. Y solo, hasta ahora sabia de un amigo que era como de la familia.

Había transcurrido el mes, estaba acostumbrada al silencio de la casa. Era de un estilo clásico y antiguo muy fría no habían fotografías solo cuadros pintados y adornos en color oro. Extrañaba su casa en Brooklyn era más acogedora y siempre había una luz cálida.Boston no era muy diferente, el clima era igual aunque podía acostumbrarse. La pérdida de sus padres había provocado que sus costumbres cambiaran.
Habia estado preguntandole al señor Conlan pero no conseguía información , aunque era amable y le brindaba todo el apoyo posible, aun era muy distante de ser su familia.



                                     

                                                                  
                                                                     

Presentación

Mi nombre artístico es Damayukii y soy una estudiante de universidad que le gusta la lectura pero sobre todo la Romántica.Estoy completamente inspirada en esta historia, sé que no ha todos les gusta este tipo de lectura, pero de verdad ojalá y  sea de su agrado la historia de Charlotte.

Estoy ya finalizando los dos primeros capítulos de la historia así que dentro de poco los subiré.